jueves, 22 de noviembre de 2012

Canis en el Congreso


Jueves, tres pórticos a las elecciones del domingo. ¿Qué tiempo hará Paco? Nublado pero cálido.
La abstención - nombre técnico -, esa gran fuerza que no convoca mítings ni gasta un real en publicidad, depende de un empuje último del Sol, para triunfar más en otras elecciones. Es una fuerza residual, hediente y no reciclable de la democracia. Es su popó, el excremento que surge al metabolizar unos ideales en la sociedad. La constatación perpetua que a más de un tercio de la sociedad se la suda la democracia como un baile regional de esos con mucha mantilla.

A los partidos - las empresas de la política - plim, se ponen bizcos y aquí no pasa nada. La prensa altavocera, tendría que subrayar el fenómeno, en lugar de callarse, como putas. Qué colmo de eufemismo llamar latinamente "abstención" a un llano y vulgar "me la suda, me la trae al pairo la democracia y tu cara", en honor a la verdad. Ah, que luego en consonancia los ganadores y vencidos de la contienda son una mierda, qué raro.

La noticia de unas elecciones tendría que ser la noticia de los escaños de la abstención, que siempre está en la pomada del triunfo. El voto en blanco es digno e informativo, lo otro es popó. Puede que en éstas, la trascendentalidad del momento haga perder fuelle social al melasudatío. Pero sería buena lección que los escaños de la abstención fuesen ocupados por la sociedad civil, por representantes de colectivos humanitarios diversos, o puestos a ser fieles con la realidad, por azar, un ni-ni con su escaño, un médico, una choni, un trabajador social, y un cani. Tal vez nos sorprenderíamos de los resultados parejos con los actuales.
La estampa, un cani del colectivo de la abstención, increpa a Mariano Rajoy en el Congreso, no tiene precio.

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