viernes, 28 de octubre de 2011

La crisis, Twitter y lo mórbido

Un topic en twitter tuerce una esquina, y se convierte en trending topic al encontrarse con una calle pendiente abajo como las de San Francisco. Alcanza volando los 200 km/byte y ya es pandemia.

De forma similar, los fondos de inversión ven una presa, una gacela helena por ejemplo, y mil francotiradores con mil fotógrafos de prensa congelan al país y a todos los presidentes que se acercan a mirar. Dejan a los fotógrafos y se van a agitar un árbol portugués, español o italiano, mientras van cayendo billetes caducos.

Los dos procesos de twitter y la deuda se crecen en lo mórbido. Esta palabra es de uso muy exclusivo de las enfermedades.
Se refiere al momento en que el proceso cae en una vertiente no deseada, cuando entra en una dinámica peyorativa, un círculo retroalimentado peligroso, y una aceleración de los síntomas.

También son mórbidas las burbujas especulativas, las adicciones, y las crisis económicas. Puede ser que ésta aún no haya empezado su momento mórbido, en términos de padecimiento.

Lo mórbido es ciego, es desencadenamiento, elicitación, cascada de hechos, algo post-racional o pre-racional, casi pura acción.
Es una vertiente comenzada, donde la masa cacarea el trending topic agraciado al rebufo, porque parece que las redes sociales sean el poder democrático genuino que faltaba, craso error, que ahora está de moda que salgan en portada, pero ya fenecerá.

La histérica bolsa, o mercado que toque, siempre tiene a miles de patos ciclistas cacareando tras la brecha surcada por los Rolls de los hedge funds, ahí se produce lo mórbido, una ciega concatenación, un tsunami que igual que devasta se extingue, una exhuberancia irracional.

A los patos inversores la resaca les deja pérdidas, y a los followers les mantiene en el anonimato iluso.
 

jueves, 20 de octubre de 2011

a. Pues estoy contento en imaginarme por primera vez que mi despacho de un tercer piso entre bosques, es mi alcoba de castillo donde cocino vapores e ideas a lo alquimista. Mimetizar esta habitación como la torre de un castillo donde miro amablemente a este mundo militarizado a su manera. Mi atalaya, mi estudio de estrategia lírico-militar escrita.

b. Cambiar el mundo. En las escuelas se tendría que advertir allá a los 10 años: "de aquí unos 7-8 años empezaréis a sentir en vuestro soma/cabeza, unos impulsos determinados a querer cambiar el mundo, el cual os parecerá desagradable cómo está montado y funciona, y vuestra infinita estamina adolescente de sansones, os engañará creyendo que podéis doblegar los efectos de 7 mil millones de individuos enredados equivalentes a vosotros mismos". Puede ser que los colegiales, al notar los efectos, se dijesen entre sí: -ah mira, el baile de san vito revolucionario ése ya me viene como la pubertad vino -, y lo tratasen más como una alteración heredada, que como la vivencia y entrega más auténtica posible. Porque tras 10 años con miles de toques, pueden ser que se den cuenta de la impotencia de querer desaparcar un coche con medio milímetro en cada frente de margen para maniobrar.

c. Eso sí. No acelerar el cambio de este mundo cuando la ocasión es franca y cuesta abajo, romper la virginidad en flor al fatalismo cuando por fin algo brilla entre lo gris, sería de m.e.m.o.s. El mundo no lo podemos cambiar, pero siempre dejaremos lo que tengamos entre manos, para ir a la estación a verlo pasar cuando de repente ha mutado a mejor

Dioses postmodernos I


Los griegos tenían su panteón de dioses helenos, varios, y perfectamente identificados. El cristianismo ha dejado igualmente un icono de dos mil años de alto, con nombre, cara y ojos. En nuestros tiempos, donde la postmodernidad ya ha fallecido, y el pensamiento económico eclipsa y monopoliza otros discursos, no hay rastro de teología ni dioses.

Y los hay. Hoy en día, un dios es una fuerza abultada de la realidad que no existe porque no ha sido nombrada. Y se debe elevar a la categoría de dios para considerarla de una vez, si se quiere rebajar su errática fuerza.
La desidia, la inercia, es un Dios en nuestro tiempo. Un ente indefinido que se acumula en procesos, interrelaciones, y burocracia, algo tan de nuestros tiempos también. Un ente incontrolable, intersticial, sin rostros, que nos condiciona y altera, al que sólo podemos tener en cuenta en un altar obligado del tiempo.
La inercia, y la desidia, de los otros, de instituciones.... metida en todos los procesos largos que hacemos, nos tiene que volver supersticiosos, porque es un batido de la racionalidad grumoso el que fracasa ante nuestras exigencias de solidez de miras.
Lanzar una moneda, rezar, encender una vela a la inercia, es casi lo mejor que podemos hacer. Y con sentido del humor e inteligencia, verbalizar que la desidia diluida en las cosas es un Dios, implacable, pero finito y volteable por su propia naturaleza.

El sorbete cosmético planetario

Tengo el blog más dejado que el parque de atracciones aquél de Chernobyl.
En el aire de ese parque no flota ningún gramo de estética. Es una estampa desolada, donde reside la soledad y sólo ella se monta a las atracciones y silba entre los matojos que intentan borrar la imagen. Uno de los pocos rincones donde no opera la cosmética. Porque el ser humano es un ser cosmético. En cualquier calle donde no haya aceacido un desastre nuclear, todos jugamos a lo bonito.

Tiendas con contabilidad perentoria que dan la impresión de comercios brillantes y consolidados, pese a que les queden dos días de apertura y existencia; paseantes mudados y esbeltos, sin atisbo de pesares, aunque la procesión vaya por dentro desfilando hacia casa, donde el polvorín seguirá desgastando y desestabilizando hasta dios sabe qué cuneta; calles y arquitectura de burbuja inmobiliaria, condenada a ser degradada y volverse deprimente a los ojos, como en un pueblo, país, continente, bananero.

Tendemos a mostrar una corteza bonita y estable, como un bastón al que asirse, un caparazón inmediato en el que subirse mientras tanto. Nadie se imagina unas calles con gente descuidada, tiendas feuchas pero con óptimo producto y cuentas que no jadean, calles de esas estadounidenses cuarenta años iguales pero cuarenta años resistentes y vigentes. Lo moderno, lo cosmético, cabalga por inercia temporada tras temporada, en un equilibrio poco sostenible.

Al final, cualquier calle de este país es un gran decorado de muñecos que aparenta ser bonito y resistente. Dentro, parejas en crisis, comercios con el agua al cuello, alcaldes perdidos, y niños ricos ignorando un destino mucho más austero, siguen jugando a la canción del verano, mientras el tiempo ronco, carraspea advertencias poco audibles para los ingredientes del sorbete cosmético planetario.

domingo, 7 de agosto de 2011

Señorías

Pienso en un padre de familia de clase acomodada, que reside en barrio alto, casa con seto, caballo en el polo impoluto, lavando su coche y con cita en misa dentro de tres horas en una mañana de otoño.

Sus mocasines marcan su paso, la corrección siempre flota en la atmósfera, los brindis son siempre entre amigos con cargo.

Hablemos ahora de la honorabilidad, de la singularidad, y de la identidad.

Todos sus atuendos se mueven en una honorabilidad, son ropajes de excelencia. La casa, la choza, justifica en distancias cortas y medias un sentimiento de pertenencia sólo mirarla. El corte de pelo de los niños también es una garantía tribal, como lo es el hecho de estar rodeado por iguales, de mismas costumbres, conservadoras.

Eso es lo que pasa, impera el instinto de conservación. Si nos enquistamos, que sea de ricos. Repitamos, subrayemos, nuestra identidad. Ser pijo es redundancia. Y todo instinto se activa por un miedo atmosférico.

En el fondo, que este pesebre, este decorado de caballos de polo y adosados con mármol, sea lo más eterno posible. Y lo impoluto es lo más cercano a la eternidad del momento, al carpe diem del conservador.

Conservemos este status con el empeño de un taxidermista, que se paralice esta riqueza, este trono y esta corte, y quede inmortalizada como en un cuadro viviente. Dios mediante, claro.

domingo, 10 de julio de 2011

Pib Pib Pib

Como un humo de tabaco negro las veleidades del mundo nos manchan la personalidad. Parte de lo tóxico de tanto mecanicismo penetra en nosotros para no irse. Cada vez somos peores personas porque cada vez vivimos más este mundo imperfecto que se va a dormir tantas veces mediocre. Vivir es llevar bien una decadencia paulatina.

La poesía era aquello que hoy provoca sonreir nostálgicamente sobre un pasado ingenuo y provisional, sobre una actitud soñadora que hoy es carísima y tapiada sin querer queriendo.
Quién mueve el mundo?? El mundo se mueve solo, desde dentro. 
Pero este mundo lo mueve el progreso, hoy es el icono aspirado, que siempre está detrás, y que se deslizó como verdad ulterior. Y el tipo de progreso económico se ha impuesto y se ha sumado a su propia y gran vertiente comunicadora. El progreso económico con todo lo que tiene de números, ruletas, cuentas de la lechera, cuádrigas al extremo por expectativas premarcadas, numeralismo al fin y al cabo que cuantifica y nada quiere restar.

Y la fuente brota tecnología, innovación, redundancia y países emergentes de cuajo. Aunque todos ya sabemos que se puede vivir con menos, se puede vivir más lento y el estrés también se come.
Pero quién pone los carteles de sigan pedaleando cada tarde? A quién estamos siguiendo? Quién marca el ritmo??

Post macedonio

Veo una hormigonera repleta de polvo, fajos de palabras plastificados sin abrir; visito, las obras abandonadas de este blog, pasto de un lejano oeste.

La televisión escupe programas en griego, estoy en las remotas penínsulas de Halkidiki, Macedonia. Siempre me atrajo la Grecia profunda, un viaje a la izquierda y atrás de nuestro centro geométrico.
Como soy muy exigente, volveré de nuevo por quinta vez a Grecia para encontrar a la grecia profunda antes que se acabe y yo no la encuentre.
Puede ser también que llegue a viejo antes y esta golondrina se vaya ligera por unos lustros de vida despistados.
 Dicen por ahí que este mundo se creó en un despiste de Dios mientras preparaba el bueno.

Hace poco estuve en la taberna con solera El Pimpi de Málaga. En este mundo los lugares mueren siempre muy pronto, los añejos son una especie en extinción que es patrimonio y se va por una cañería de la nada urbana,

Las iglesias son "los lugares que nunca cambian", cientos de años inmutables, sin apenas un cambio decorativo ni de nada.
La religión hoy en día tendría sentido si fuéramos a esos lugares de siempre y honrásemos a todos nuestros antepasados que nos han legado el mundo. Si tomáramos conciencia de todo lo levantado por ellos y heredado por nosotros. Puede que el sentido último de este gran despiste resida en lo heredado, agradecido y luego legado a los descendientes.

Las iglesias de Grecia son íntimas y oscuras. El país es la gastada suela de Europa, quebrándose por una grieta que ya existía.
Un tsunami se acerca a EEUU y por ende al mundo por una deuda terminal irreversible. Diez millones de francotiradores despistados apuntan a Grecia mientras Kennedy podría llegar a resucitar sin ninguna cámara de por medio

viernes, 27 de mayo de 2011

Reflexiones en Plaza Catalunya ocupada

Salgo del trabajo en Paseo de Gracia, me apetece pasear.
Y me topo con la Plaza de Catalunya ocupada. Los indignados siguen en la mecha.

Y me pregunto, no tendría que estar esta plaza y muchos centros de ciudad del mundo, crónicamente ocupados? La indignación no tendría que ser constante? No sería ésta la única forma de torcer algo? De los ciudadanos a los turistas, todos se toparían con ello. Las palomas de San Marco, las de Barcelona, dejarían su vacío anecdótico. Los plenos centros de las capitales estarían ocupados, simbólicamente invadidos, descentrados.

La espumilla de algo que parece nunca existió, esos 60, se oye de fondo, puede ser que la catatonia activista de tanta década dormida se materialice de golpe varios meses? Llegará a tanto? Vendremos todos a darnos unas cuantas leches mientras se desaloja? Las redes sociales serán un inédito ejército paralelo? El movimiento ira creciendo en sim-patía con los indignados no practicantes? Molará plantarle cara al sistema? Será un quijotismo pues el Sistema es entelequia?

Por aquí uno recuerda mucho la vida de Bryan, es así. Hay mucha asamblea, mucha comisión, mucho para-sermón. A la infantería tendría que llegarle la caballería, y luego la artillería. Sabina tal vez diría: bueno, ahora que los ruidosos han prendido la mecha, que vengan los buenos.

Y este nido asambleario habrá de entenderse, porque cambiando el mundo también se puede acabar a hostias.

Pero de momento, hay que felicitarles por sus cojoncetes. Se han plantado aquí, llevan bastantes días, han escogido buen sitio, y renuncian a parte de sus quehaceres por esta batalla.

Es fácil notar en Indignados City cuando llevas tiempo, que falta sentido del humor. Se puede estar Indignado (gran poiesis), pero con la mano izquierda del sentido del humor y la madurez de las cornadas previas. Si solo de veinteañeros se nutre el frente, apuesto un trillón de maravedís a que esto no llega ni a Cuenca.

Y que no se iluminen demasiado, que pone mucho sentirse torero del cambio del mundo, y la soflama se vuelve religión y credo. A los bancos hay que saberlos bailar, empaparse de economía, y no tirarlos con guijarros a sus lunas, tirarlos de otras formas más hijoputiles y técnicas.

Auu, suerte!!

martes, 17 de mayo de 2011

Libros a los penalties

Cuando se adquiere un libro, se le respeta, uno lo trata como una bola de plastilina casi acabada, se le otea el índice, se leen las introducciones, las primeras notas de página... Incluso si no entusiasma, se da un salto de mata y nos apilamos al capítulo aquel en el que intuímos estaba lo bueno.
Y si ni eso, se le abandona, se le deja tirado, se le olvida, es una anécdota en la historia de las apuestas de uno.
Tras varios años, se puede topar con él al sacarlo de ajuste en la pata de una mesa, o recogerlo de tu cementerio-estantería de libros, y allí es violado, el índice se traspasa sin más, las introducciones son vilipendiadas, se le coge por la página menos pensada, ahí haciendo de vientre, un párrafo a boleo y váyase a merendar la estructura de la obra en la cabeza del autor.
Y así, más de un libro ha resucitado, ha vuelto a hacer de libro, y no de contrafuerte, sin saber para nada su autor de qué forma violaron su autoría ni lo útiles que fueron sus noches de desvelo para una mesa del Ikea.

viernes, 6 de mayo de 2011

Nueva condisión humana: el Single / (versión unh.)

Salir del armario II.
Protagonizada por una nueva especie reconocida, el single.

Un chico (hombre?) en los 40,
salón-comedor de la casa familiar donde vivió hasta los 33.
La madre trae torrijas de postre,
y el chico se levanta y confiesa:
- Papá, mamá, soy Single.

Llega un momento de la vida, cuando un individuo mira para atrás y ve: el reguero de las relaciones podadas; mira a los lados y nota: la pizza en el sofá una botella de cerveza del martes y la tele en su décima hora encendida; y mira hacia adelante: para ver la pereza de la vida en pareja, su incomodidad, y que rasca como su ropa mal lavada...
Se da cuenta que su estado natural es la soltería, que no es otra cosa que estar suelto. De hecho, debería existir la palabra des-soltero. Existe desemparejarse, como si el centro de gravedad estuviese en el destino-pareja, y alejarse fuera ir a la periferia.
Pues sí, la soltería como hábito profesional, todavía es un modo de vida periférico.
Pero que va ganando terreno.
Cada vez hay más clubs de singles, porque claro, el single solo se seca.
Sólo en la historia de los singles hay pocos grandes casos de triunfadores felices y héroes para el resto de la humanidad. El single a veces es una ratilla pobre y titubeante que tirita en la intemperie y el frío. Pero háylos que nacieron con modificaciones adaptativas como las ardillas voladoras, y se adaptan a ese medio árido y de atmósfera peculiar que es la soledad.
La soledad para la mayoría de los mortales es una trampa del destino. Como en el ártico, ellos de la ausencia hacen virtud y viven en ese medio extremo.
Gente que claro, vive a sus anchas, con espacio, hiper espacio.
(A no ser que alguien les hubiera hecho una soldadura en ese lugar del cerebro donde enchega el agobio).

[[Gente por otro flanco, que particulariza una rebelión al viento genético de importante magnitud. (Observen, que la evolución a secas no existe, pero sí la deriva genética// ¿que nos quieren hacer creer que el ser humano es un pico y no un valle de la evolución, jeeeee je? (seguro que vosotros al leerlo os ha pinchado un poquitín el orgullo de homo sapiens sapiens que tenéis...)]]

Y en fin, me voy a tomar un café que no quiero perder er tiempo escribiendo.

Compro plata

Me entero por un foro de economía que existe una comunidad de individuos que llevan acumulando monedas y monedas de plata desde hace años, y parte de ellos las tienen escondidas en casa bajo baldosas, o en escondites más o menos tecnológicos. A este grupo de gente se les descubre porque utilizan el vocablo "fiat" para denominar el dinero en papel. Están convencidos que el sistema petará, ellos son, la "malos augurios society".

Siempre he sido partidario de no esfumar el luto de nuestra especie, de recordar que existirá y no creernos eternos por defecto. Eso no coincide con el sentimiento apocalíptico de la vida, que un rebaño de la sociedad promulga. Es una manera de ser anti-sistema de corbata y sofá. Se acompaña al mastodonte-mundo cuando se acerca al borde de un precipicio, siempre desencajado y con pánico, y se proyecta súbitamente su caída al vacío de los tiempos, de forma irreversible. Se "apuesta" por un ko sin paliativos, no se va a poder levantar, va a morir.
Éstos no se limitan a hostiar al mundo, quemar containers y romper vidrieras. Bastantes pasos más allá que los salvajes, alinean una estrategia con su sentimiento apocalíptico. Compran monedas de plata y realizan inversiones para cuando se produzca la siguiente gran estampida.

Después ni todo es negro ni todo es progreso, y no se termina el mundo pero los claros síntomas se desarrollan tarde o temprano en algo crítico. En la economía parece que la enfermedad se identifica con meses/años de antelación, y se pasa a una sala de espera sin muebles y sola, se cierran las dos puertas a la entrada y la consulta por tiempo, y luego: hombre! si teníamos un déficit galopante sentado y sin revistas!, pase usted y siéntese mientras evito que más gente se me tire por la ventana.

Y el marcador electrónico, que es eso llamado bolsa, siempre que sube lo hace en segunda marcha, constante y aburrida. Y siempre que baja lo hace en quinta marcha, como en un vodevil trascendental.

El sentimiento optimista o el sentimiento apocalíptico de la vida, los felices y los que lo quieren ser, uno de los dos llevará el gorro.
En el cercano horizonte ya ha subido el globo del momento (http://www.usdebtclock.org/), la deuda de los Estados Unidos de América ya ha entrado a la sala de espera de los problemas gordos del mundo. El destino le ha puesto su circulito rojo. Ahora toca que suene la fanfarria y ruido del mundo, que se mire a otro lado como buen quehacer del ser humano un tiempo, ya que tragar saliva a gran escala sí que resulta apocalíptico. La deuda, para adentro, fabula que su hijo el dólar ha pasado la polio y por eso siempre irá con muletas. El dólar se caga en las subprime, en la deuda soberana europea, y en la lluvia de palos que representan los años 10 en la historia mundial. - ¿Una crisis como la de 1929? - masculla. - ¿Ahora? ¿Cuando en la palma de mi mano ya tengo un gadget que controla medio mundo? - mira a George Washington y no se lo cree.
Duante décadas él había sido el valor refugio en tiempos de crisis mejores. Ahora lo son hasta esos dientes de oro que llevan los cubanos en su boca.

En los mentideros de la economía, los elevados congresos y los callejones foreros, hay graznidos antagónicos y de todas las escalas. Esto de la economía, en el 2011, se nos escapa a todos. Varios cubos de Rubik se quedan cortos para aprehender la complejidad de todo el meollo de la economía mundial. Todos jugamos a ser presidentes del Banco Central, pero el desenlace final va a acabar sorprendiendo a todos, como las subprime acabaron sorprendiendo al propio presidente de la Reserva Federal, los propios presidentes de todos los Estados mundiales, y los propios CEOs de los mayores bancos mundiales. El esquema deuda USAna + colapso del dólar + hiperinflación + China pase usted, significaría remover tanto el mundo y ponerlo tan patas arriba, como para que la torpeza no tuviera margen de cabida y no rematara al berraco.

Mientras tanto, en los talleres de Oriente se sigue cosiendo y ensamblando, y las preclaras mentes que han emigrado a EEUU siguen innovando. El taller del mundo sigue tejiendo a diario a pesar de los sangrantes titulares de los rotativos. Ese es el mayor argumento para los optimistas, el espíritu hormiga de la cotidianiedad es el único adversario que puede derrotar a los monstruos de los grandes tiempos.

martes, 22 de marzo de 2011

Un día en la selva

Un dia, en una región de Zambia o Burundi, dentro de su selva, dos monos pre-humanos iban juntos a por comida. Uno de ellos tomó el camino de la derecha, y gruñió que ahora volvía. No sabía que nunca más volvería a ver a su colega, y que ese momento significaba una escisión filogenética entre los primates prehumanos orientales y los occidentales. La genética hizo el resto, y eslabón tras eslabón los descendientes de cada uno se fueran distanciando de su tataratío antepasado hasta casi no reconocerse.

Cosas de la India

La claxonización de la vida cotidiana en India se traspasa al mundo del peatón? Yes sir. El hombre indio no entiende la fila, la cola, no la aprehende, capta.
Puedes ponerte a la cola en una cafetería y aparecerá un indio que por sus huevos se planta oblicuamente y suda de la cola pidiendo él de golpe. Notarás que nunca habían sudado tanto de ti como en ese momento. Al indio se la suda el mundo, sólo le funciona el aquí y el ahora. Carpe animal.

Si se te cae un objeto a sus pies, me la suuda, como si ven llover.
Y es un país genuinamente burrocrático. Para una entrada en un chiringuito mal puesto en medio del bosque, te pedirán la edad, dirección y la talla de los calzones si hace falta. Con tickets super oficiales de 30 cm en todos lados, justo en el país de la anarquía callejera por antonomasia. Un poco bipolar pues.

Otro aspecto ahorrable, son las gárgaras estruendas previas a un escupitajo repentino al lado tuyo, más allá de lo desagradable. Y la sonoridad al lamer, engullir, eructar mientras se pace/come, també cal?
Aparte, parece que a mayor estatus más cacho cerdo se comporta uno, optando a ser el rey de la Selva.

Y si quieres algo difícil, desaprender un idioma, no hace falta que recurras a los vídeos de Gil y Gil (you say...). En India uno puede desaprender el inglés, recomiendo para ello guías locales y taxistas. Se cargan el inglés a machete, fonética, sintáctica y semánticamente. Uno frunce las orejas constantemente para entender las retahílas a lo metralladora con fonética de la casa, y se siente victorioso cuando pilla las frases, pensando a la vez: pero cómo coño ha hecho eso.

La mirada besando caracoles

Una de las cosas más chocantes que te topas en la India es la "mirada besando caracoles". A ver, de vez en cuando, al solicitar algo, la persona india en cuestión ejecuta la siguiente respuesta: pone ojos dulzones, se te queda mirando un segundo. Y seguido tambalea la cabeza bailándola hacia un lado y del otro, al final, se le ha puesto la boca como besando caracoles. Y ya.

En las guías dicen que es una forma de decir sí, y que el tambaleo es un dibujo del infinito. Ohhh. Yo sospecho que es una forma de decir si cuando se quiere decir no, o sea, una forma hipócrita y forzada de asentir. Al menos eso es lo que he notado. Una especie de reverencia facial anquilosada y cortesana.
Te quedas flipado, cuando de repente, pides la sal, y te hacen esa coreografía con la cabeza, y se van. Perdónn??

El tema de las especias es peliagudo en el país de las especias, donde crecen enredaderas de pimientas como nuestros olivos, cardamomo como nuestro trigo, y chilis como nuestros inocentes pimientos morrones. La comida pica, o pica de cojones, has de evitar la segunda opción. En un rebozado de verduras o pakkora, todas ellas opacas por la harina, me dio por comer una alargada y cilíndrica del tirón que me dejó con el culo torcido. Minutos después lloraba, bebía agua a lo cebú, y tenía la nariz más destapada que en un empastillamiento con Fisherman's Friends.

La comida, también entre claxones e igual de barata, no está nada mal. Los menús ofrecen decenas de posibilidades, que algún día entenderé, con mucho plato vegetariano, todo bien cocinado, y alguna delicia toppp (Mourinho's argot), como el pescado al ajillo o al gengibre, que superan por goleada las albondigas de chocos andaluzas.
El único inconveniente, las omnipresentes especias que dejan agujetas de picante en la boca, sea por picor, mentol o explosión. La boca pide regreso a la pródiga comida sin condimento barroco de vez en cuando.

sábado, 19 de marzo de 2011

Munnar

El trayecto desde la costa de Kochi al interior de Munnar es de unos 130 km y se tarda un mínimo de 4 horas. Las distancias en India engañan, ya que se debe contar con el festival de slaloms mientras se conduce. Y a menos que se quiera emular a Collin McRae, es mejor desistir en alquilar un coche para conducirlo solo.

Cuando falta una media hora para llegar a Munnar, empieza el espectáculo. Sencillamente, las plantaciones de té no son más que un jardín zen ampliado a donde puede llegar la vista. Y lo mediterráneo parece engullido en un agujero invisible del aire. Tener la vista tapizada por esa belleza exótica hace que merezca la pena cruzar el mundo. Las hojas de té resultan millones de gadgets diseñados para reflejar la luz y crear un verde vivo, que respira. Y es en la estación húmeda cuando la Tierra se vuelve fosforescente en este rincón del planeta, y el color parece tener su vida propia separada.

A más de 30 kilómetros a la redonda, todo son plantaciones de té. Puedes penetrar en una de ellas y dar un paseo entre las terrazas. También, puedes visitar alguna planta de procesamiento de té. Aquí, beben el masala tea - y donde leas masala leáse especies. Visitar y caminar por las plantaciones de té debería ser recomendado, en todas las religiones, colegios y propagandas, del mundo no-té.

Mi guía y conductor por la zona - llámalo sherpa- es Vincent Selva, que creo que ya no me abandonará en el viaje. Aparte de las omnipresentes plantaciones de té, te acercan entre otras cosas a montar en elefante; a la reserva natural de Chinnar, donde haces un trekking hasta una cascada y ves, si tienes suerte animales, que no fue mi caso; a jardines de flores y especias, donde te enseñan las plantas reales de donde salen todas las especias y ciertas medicinas ayurvédicas; a la zona montañosa de los Ghates occidentales, donde hay presas, lagos y puntos panorámicos; el citado museo del té; un masaje de medicina ayurveda, etc, etc.

Son programas completos de un día entero en los que vas haciendo ruta. Por unos quince euros, el coche, chófer y gasolina, están incluidos. La India es un país barato para viajar.
Los mochileros que patean el país, pueden tirar con un presupuesto mínimo. Hablo de entre 3 y 9 € al día para comer, dormir y trasladarse. Y si quieres un mejor nivel, también resulta barato. Obviamente no es la panacea, y esos precios responden a una realidad que puedes llegar a pagar. En el viaje te expondrás a incomodidades mentales, físicas, estéticas, médicas, etc.
Desde exponerte a un mayor riesgo en la carretera, más posibilidad de alteraciones estomacales, una suciedad y mal olor a veces inolvidables, un país en el que no cabe ni una aguja en muchos sitios, viajes de hasta 15 horas en autobús de los años 20, camas para dormir de pie y no mirar alrededor... los riesgos son los del precio que son.
Es país de mochileros por excelencia, y estando aquí entiendes por qué. Más alla del espíritu de aventura y búsqueda espiritual que a veces se pregona, India es un país low-cost, así que algunos no me vendan la moto pues van por una razón primordial: que es barato de cojones.

De Maharashtra a Kerala

Mi llegada a Mumbai ya fue pintoresca. Sales con el taxi del aeropuerto y topas con una realidad pesebril. En lugar de un acceso urbanístico a él, parece más un zoco rural, con senderos y vacas de por medio.

Luego te das cuenta que ir en coche allí, es lo más parecido a ir a caballo galopando. Tienes esa justa sensación, con un jockey que va tenso intentando ir rápido siempre, entre obstáculos, saltándoselos en zig-zag, esprintando cuando se van, sin ningún momento de tregua, un pilotar vertiginoso.

El asfalto es a veces blando y resbaladizo, y como dije se pita constantemente. El claxón es la espontánea receta colectiva a la temeridad. Porque en carriles de dos siempre circulan tres, porque los peatones van sistemáticamente por el arcén, porque las incorporaciones y los cambios de sentido son a la manera de Farruquito. Sinceramente, vas cagado montando en un taxi por las afueras de la ciudad hacia el aeropuerto, acaba siendo una experiencia de rally arriesgada.

En algún buscado bar te puedes tomar una cerveza Kingfisher, y en el aeropuerto puedes tomar un vuelo de la compañía Kingfisher, tú eliges. Uno de ellos me transportó a Kochi, ya en el sureño estado de Kerala. Una ciudad con mar colonizada por portugueses, holandeses e ingleses sucesivamente. La pintan, sobre todo la parte de Fort Kochi, como un romántico núcleo colonial con callecitas y mansiones de época. Y es más un núcleo costero y rural, tipo los pueblos de Centroamérica, con bastante aún por urbanizar, extenso y sin tanto encanto romántico.

En el estado de Kerala la lengua es el malayalam, es otra cultura diferente a la del estado vecino por el este de Tamil Nadu, con lengua tamil. En Munnar, próxima parada del viaje, se hablan ambos idiomas al ser un lugar fronterizo. La capital del primero es la antigua Trivandrum, o Thiruvananthapuram (en malayalam). Madrás o Chennai, en la costa oriental, y tercera ciudad más grande del país tras Mumbai y Delhi, es la capital de Tamil Nadu.

Aparte de éstos dos estados, la mitad sur de la India comprendería cuatro estados más. El citado de Maharashtra, con la capital Mumbai. Le seguiría en la costa el pequeño enclave de Goa, ex-colonia portuguesa y famosa por sus playas turísticas. Karnataka vendría a continuación por el litoral, siendo Bangalore la capital, a la que llaman el "sillicon valley" indio, debido a su industria tecnológica. Finalmente, a la altura de Karnataka, pero en la mitad oriental, está Andhra Pradesh con Hyderabad como capital, territorio de mayoría musulmana.

jueves, 17 de marzo de 2011

Estado de Maharashtra I

Más allá del exotismo que rezuman sus nombres, de imaginarse una ríada colorista de vestidos y comidas, salpicada por rascacielos y una modernidad no occidental... ahora que he estado en Mumbai, el encanto cuesta encontrarlo de veras.

Empecemos porque toda urbe de 20 millones de personas es una desmesura, un desequilibrio. Bombay se puede definir en una palabra más que las demás: claxón.
Un sonido perpetuo mientras el animal-ciudad no duerme. Un emblema cotidiano de la realidad del "somos muchos", como si la ciudad se quejase "civilizadamente" de ello a diario. Cada cual cruza la calle por donde quiere, camina la acera seguido de muchos en ella o en el arcén; y circulando, para qué quiero semáforos, si hay bocinas, para qué quiero intermitentes si me meto igual.
Veinte millones de personas no se acaban nunca. Los "figurantes" de mi viaje, se suceden por todas partes, a todas horas, en líneas de a 10, en un sentido y en otro. La gente en Mumbai nunca se acaba. Entre bocinas claro.

Este enjambre, desafortunadamente desconchado aquí y allá, recuerda a Brasil. En pleno trópico, con una media anual cercana a los 30ºC, hiperpoblado, igual de urbano que Río. La comparación es más por quién está peor, porque la distancia con los ex-colonizadores parece insalvable.
A ellos, en este caso los ingleses, cuesta imaginárselos en estas latitudes. Dejaron arquitectura fácilmente notable. Monumentos que se yerguen como invitados de piedra impersonales, viendo pasar vidas sin ningún punto de tangencia con ellos. Excesos coloniales que pueden llegar a humillar más que enorgullecer. Auténticos fuertes anglo-sajones que se resisten al paso de los tiempos.

La estación central, Chhatrapati Shivaji Station, merece mención aparte. La estación más confluida de Asia, de donde emana todo el hormiguero que inunda las calles de South Mumbai. Impresiona ver llegar a un tren local, un armatoste anchísimo, que parece salir del período de entreguerras, pero que aún funciona. Cargado con infinidad de personas, las más bien colocadas con medio cuerpo ya fuera del tren. Al detenerse, una manada marcha sobre todo el andén, cientos de personas dirigiéndose a la salida. Es un espectáculo que se repite cada 3 minutos. Y es de lo mejor que se puede observar en esta ciudad. Tras el vacíado de un tren, uno se imagina como es la vida de un mumbaí de las afueras, y como ése tren le conecta con la ciudad empapado de gente, se intenta ganar la vida en el enjambre con polvo del centro, y lo reconecta de nuevo a su humilde núcleo, entre la vida-marabunta de gente que empequeñece a cualquiera, dejando menos oportunidades e ínfimas porciones del pastel. Me imagino que en cada casa, se debe tener su pequeño santuario, su pequeña zona donde hay cosas sagradas y mías, por donde emana el porqué de lo combativo a diario. Entre bocinas claro.
Otro día hablaremos de por qué la religión correlaciona con la pobreza y la menoscultura.

Los cocos y los curries pueden ser peligrosos

Volando entre Emiratos camino de la península del Indo. El mutismo literario cesa con un viaje en solitario al Sur de la India, Kerala.

Nos acercamos al puerto de Mumbai, antes Bombay, ahora modernidad de la India milenaria, luego fortín económico mundial. Huyo de monumentalidades pétreas alrededor de la norteña Delhi, así que asomaré la cabeza a la olla urbana de Mumbai, con 20 millones de páncreas, conformando espero, un lugar singular en el globo: lo hindú transido de occidente. Reverberado y caotizado en Bombay.

En dos amaneceres, volaré hacia Kochi, en el estado de Kerala. La capital de la costa Malabar, y de allí el malabarismo. Un reducto colonial, con velo británico, base de operaciones hacia las estrellas del viaje. La primera es Munnar, una región a los pies de las montañas Ghates, donde a 1600 metros de altura la vista sólo alcanza a ver todo el paisaje tapizado por plantaciones de té, y plantaciones de especies. Aparte hay algún parque natural, lagos, y un no-mediterráneo por doquier.
De allí me dirigiré a la reserva natural de Periyar. Un área donde avistar elefantes, tigres, y demás lechones exóticos, pues los animales suelen marcar tanto como las personas.

El resto del viaje aún no está acabado de montar. Seguro que iré hacia Allepey a recorrer sus backwaters en un barco típico de la zona. Los backwaters son unos ríos, brazos de mar, que recorren el interior del litoral a lo largo de casi un centenar de kilómetros, una Venecia rural hindú. Y también visitaré alguna playa re-palmerada, tropical y cocotera. Entre medio intentaré visitar templos, trabajar mis horitas diarias, escribir de nuevo con decente asiduidad, probar chutneys, tandooris y masalas, para volver a Mumbai de aquí 11 días y regresar al país de las 5 peluquerías por manzana urbana.
Ahora toca esto, intentaré llevarlo bien. Los cocos y los currys pueden ser peligrosos.

viernes, 11 de febrero de 2011

Los que nos sobrevivirán

¿A qué distancia generacional, la gesticulación es disonante, y nuestros gestos se han vuelto carcas para una nueva hornada de gente más joven?

Los gestos no se eligen, se sedimentan más bien, a partir de lo que vamos mamando con la mirada del tacto.
Pasados los años nuestros gestos se miden por un reloj diferente al que llevamos, porque, la actualidad siempre existe a pesar de nosotros, y como una ola que se regenera ya mutada, no nos moja, ni nos da opción de remontar el tiempo como un salmón cuántico.

Entonces, aparte de oxidarnos, nuestros gestos pierden fuelle, y se les adosa una etiqueta-generacional, nos catalogan sin querer, y nos distinguen de un futuro que no veremos aunque queramos.
Todos acabamos teniendo gestos de viejos, al igual que nuestros deportistas coétaneos parecen antiguos al volverlos a ver en televisión, por una ley estética implacable que arrolla lo que se aleja del latido de lo reciente.

Nos volvemos carquillas sin darnos cuenta, al igual que se quedan sumidas unas monedas en el bolsillo de un pantalón. Pero es que ya no nos criamos con smartphones táctiles, ni los de ahora con los payasos de la tele en blanco y negro, no bailarán el Saturday night noventero, y sí un ultra Lady Ga Ga venidero y apocalíptico, ni serán marineritos pastel haciendo la primera comunión, y sí tal vez antes de los 20 habrán catado trío, bacanal y tirabuzón derecha.

La rebeldía, el pavo, el brío, son animales que mutan constantemente, y siempre en versión más sofisticada, con el trabajo de miles de millones de personas acumulándose. Los que vienen tienen todo a su favor para ser mejores.

Y nosotros nos vamos extinguiendo de una forma simpática, ordenada, y lo más armónica posible.


lunes, 3 de enero de 2011

Rubalcaba se va a zumbar a la derecha

Zumbarse. Nada mas ni nada menos. Remontar un 30 % de votos, 3 millones de voluntades giradas, embuidas por los cantos de sirenas gorda y feas del PP. Tres millones de zombis inter-crisis que en medio de la tormenta corren hacia la otra acera con barba a ver lo que hay.

Es solo un deseo, que se zumbe a la derecha de nuevo. Pero al menos es el unico que lo puede hacer. El talante de Zapatero no sirvio para ganar a la mala educacion de JM Aznar, la mezquindad autozumbo al propio PP. Ahora Alfredo Perez Rubalcaba y su persona, debe traspirar, rodar, hablar, y dejar compararse con M Rajohy.
Sensatez, cercania, ecuanimidad, moderacion, serenidad, respeto, simpatia, madurez... Rubalcaba se puede comer a Rajoy. Es el vecino o el tio que todos quisieramos tener. Rajoy todos sabemos quien es.

Pero es una pelea desigual, Rajoy parte como un gigante en medio de la crisis, pequeno como siempre, pero engrandecido por las lentes de ser la oposicion en la mayor crisis tras el crack de 1929.
Probablemente, Abadia hubiese ganado a los dos. La gente queria un profesor maduro y amable, que aportase sabiduria a un pais con protagonismo secundario en la jauria de leones mundial.
El PP ha seguido apuntado a su vocacion de mamporrero, de hacer ruido, de gritar y derribar. Es una empresa de demoliciones, mas que un proyecto de construir un Estado, gallardones aparte.

Rubalcaba si o si. Zapatero is Lost. La crisis fue mayor que el. Y este pais consiste en que no gobierne la derechona rancia e hipocrita. La ventaja para los peperos no puede ser mayor, hay que empezar la psicosis Rubalcaba, el ver que su candidato no esta ni estara a la altura del tapado, que contra la humanidad no puede ninguna circunstancia hiperventajista, que los partidos catalanes haran el resto, y que contra la cuota castigadora y pepefobica de los catalanes solo serviria una Espana sin ellos o es q no se dan cuenta que facil tendrian ganar sin nosotros.