martes, 31 de enero de 2012

Crítica a Niño Becerra

Una teoría como la de Santiago Niño Becerra atrae a mentes alternativas y gente que lleva mucho tiempo pensando que en este mundo hay mucho subnormal suelto, entre los cuales me incluyo. En el 2008 era un teoría en cuarentena, cuatro años más tarde su cotización ha subido, y de aquí cuatro más, los tristes dos mil seguidores que tiene en Twitter, podrían ser cien miles. De hecho, tiene tiempo para responder las preguntas que sus followers le hacen cada día. No es el único economista que expone un agotamiento de nuestro sistema económico: Sampedro, Bill Gross, la escuela de Viena, son algunos ejemplos notables de una visión similar.

Pensemos también, que si el sistema se estuviese colapsando, sería condición que tal afirmación viniese de fuera del propio sistema. Que todos los analistas en boga, perteneciesen al propio sistema que va a la deriva, que los expertos y guías de los cuales se ha dotado, favoreciesen políticas que irremediablemente condujesen al colapso. (Y eso nos empieza a sonar). Los profetas siempre suelen ser desconocidos. Si no estabas en la cabina de mando, poco importaba que advirtieses del riesgo de colisión con un iceberg en un camarote secundario del Titanic.

Sin embargo, al leer a Niño Becerra también sientes cosas que chirrían. Aparte de que versa sobre Estructura Económica, terreno movedizo para su verificación como los filósofos han debatido siglos sobre la existencia o no de Dios, en un empate amañado... hay énfasis detectables en los libros y artículos de Niño Becerra que delatan previsiones más caprichosas.
Hay cierto recreamiento a veces en la catástrofe, un subrayar consecuencias nefastas, repetidas o tituladas alguna vez más de la cuenta, con estilo seco o sin ápice de mínima solidaridad en ellas. No sé si ello es fruto de "existir en un desierto", seguro de sus predicciones pero marginado por la fe capitalista, pero cualquier rebote emocional resultante sólo hará emborronar su modelo. Que por otro lado, tiralínea fría y asépticamente sin rabias ni buscando absolutamente ningún culpable, asumiendo el desarrollo de un sistema histórico inevitable a gran escala, con nuestra especie y sus circunstancias como protagonista.

Aparte, en sus artículos de 2007 preveía un colapso del sistema mucho más temprano, allá por 2011. Y ahora ha reorientado el modelo hacia un colapso más a cámara lenta que alcanza hasta 2023. No se le puede pedir a un estudioso de la Estructura económica, concreciones de meses o años, pero en este caso Niño Becerra se excede y sí realiza esas predicciones, exponiéndose a errores francos. No obstante, su tesis, crisis sistémica de larga duración, por un crecimiento final aguantando por los alfileres del crédito, que conduce a un colapso del sistema por una deuda impagable, que ya no puede esconder una crisis de recursos en último término, sigue vigente y plausible hasta que la maraña de hechos macroeconómicos nos demuestren lo contrario.   

martes, 24 de enero de 2012

La deuda vence y no aparece el dinero


"El mal ya está hecho" serviría para la teoría de Niño Becerra. Es igual lo que se quiera hacer en estos años. No van a solucionar el problema. Niño Becerra dice que el sistema está agotado. Que si se ha crecido tanto en el mundo occidental en los últimos tiempos, ha sido por un abuso exponencial del crédito. Y se ha podido prestar tanto dinero, porque previamente antes los Estados habían imprimido grandiosas cantidades de dinero.
El Estado se endeuda, los bancos e inversores (que tienen empresas) le compran deuda. Las empresas se endeudan, especialmente las inmobiliarias, y ahora no pueden pagar al banco. Las personas lo mismo, y algunas ahora tampoco pueden pagar al banco. Y finalmente el Estado ahora tampoco no puede pagar al banco ni a los inversores.
Todo el mundo endeudado. Todos tenían dinero para endeudarse, según las reglas del sistema (política monetaria, tipos de interés, márgenes de los bancos, etc). La deuda vence y no aparece el dinero.

Pero ésto sólo sería el desencadenamiento a partir de los años 90, de algo que se venía gestando desde la última crisis estructural, con epicentro en el crack de 1929. El "Sistema" se desplaza tectónicamente a aumentar la productividad con una ocupación tendiente al pleno empleo, y con una mayor protección social para los trabajadores, mayores costes sociales. Es también el período hegemónico de Estados Unidos, y el triunfo de su moneda como divisa internacional. En ese aumento constante de la productividad se debe tener en cuenta la disposición de recursos finitos. Llega un momento para la máquina, en que si se quiere continuar creciendo con menores recursos, o con éstos a precios más altos, se pueden confiar pagos al futuro, evitando parar la máquina.
Puede ser que el sistema ya estuviese agotado en los 90. Que las inflaciones: más fantástica y rápida en el sector punto.com primero, y más real y grave en el sector inmobiliario, fuesen coletazos del sistema para galopar feroz antes de colapsarse. Que el pistoletazo consumista fuera el inicio de la última gran expansión, la solución de un crecimiento constante, pero a la vez su tumba por una perpetua merma de los recursos.
Nos olvidamos que el inicio de todo ciclo económico parte de los recursos y no de la productividad. Que sólo puede existir un tipo de crisis real: crisis de recursos. Lo demás son crisis más o menos barrocas derivadas de lo mismo.
Y tal vez "el dinero real del mundo" contiene una parte inventada, que no se corresponde con el valor de los recursos del mundo, esa parte que no aparece ahora ante tanta deuda, y que vamos a tener que hacer tangible como sea. No dejando de trabajar e innovando, innovando, como siempre hemos hecho.

Como si la solución no fuera la solución


Empezaba a hacer frío y nos acercamos a comer algo en un McDonald´s. Fuimos a las pantallas de pedido, ordenamos la comida, y pagamos con nuestra huella táctil. Vimos como la cocina robotizada leyó la orden y preparó nuestros menús en 39 segundos. Nuestra huella nos permitió abrir la compuerta 3 y recoger nuestra bandeja. Siempre nos la da con descuento porque Christian trabaja allí. De hecho es el único trabajador del restaurante. Trabaja desde casa o desde el teléfono verificando todos los sistemas, y llama a los equipos externos de incidencia cuando la situación raramente lo requiere. Ya hace 20 años que no trabaja ninguna persona en los McDonald´s robotizados, los últimos fueron inmigrantes a los que se les pagaba testimonialmente. Es frío, la comida es china, pero la gente sigue yendo porque un menú cuesta tres veces menos que en un restaurante con personas atendiéndote, y por tirar la bandeja te regalan más comida.

Llevo días dándole vueltas al entuerto económico. La gran palanca está encallada, que si la falta de liquidez, que si tenemos a 100 mecánicos buzos intentando repararla, que si empiezan a haber síntomas depresivos en la confianza del consumidor, que si nos equivocábamos eh- que al final para los dos próximos años dos tazas más de recesión, pero para el 2014 se lee en los periódicos que hacen un "fill the gaps" y ponen la recuperación allí. El periodismo lerdo, vuelve a modificarnos la realidad y a crear una nueva: nadie ha dicho que en el 2014 haya recuperación, se ha hablado de 2012 y 2013, punto. Inventan por contraposición, que a un 2012-13 recesivo, le ha de seguir un 2014 mejor. In-ven-tan.

La gran palanca, el artefacto que permite grandes movimientos a partir de fuerzas menores apoyadas. La gran palanca es el crédito. Con crédito se podría llegar a comprar mansiones, pagándolas en 30 años. Ya nos sabemos el cuento.
Y cuando el mundo parace encallado como nunca antes, recurres a explicaciones como las de Santiago Niño Becerra, catedrático de Estructura Económica en la URL. Esas explicaciones pesimistas, ganan validez a medida que la crisis cumple años. En 2008 eran calamitosas, pero cuatro años después este profesor ya empieza a ser escuchado en medios de comunicación más importantes. Con las predicciones recesivas hasta 2014, habría cubierto con éxito la mitad de sus pronósticos temporales. Porque augura que la crisis alcanzará 2020 como mínimo.
Hoy en día, periódicos, políticos y economistas, giran en torno a conceptos como activos tóxicos, depreciación inmobiliaria, crisis de deuda soberana, falta de liquidez, índice de desempleo... intentándose fajar de la crisis. Si se confirma que es una crisis estructural, también confirmaremos la nulidad de sus capacidades, de juicio y de acción. Si resulta que se pasan una década tocando botones y pedales de áreas parciales, vendiéndonos que ésta sí que es la solución, obviamente se certificará una crisis sistémica. Porque falla el organismo global, falla el diagnóstico, y falla la propia ciencia médica para el enfermo.

Nadie se preocupa de la Estructura cuando las cosas van bien. De hecho se ignora de su existencia, porque parece que lo que importa es el presente y futuro inmediato. Corregir un crecimiento récord parecía insensato y estúpido. Hasta en una superpotencia mediterránea un presidente coreaba eso de "Spña, va bien".
Cuando la economía se encalla seis años, se empiezan a buscar causas explicativas cada vez más allá en el tiempo.
Lo que Niño Becerra expone desde el inicio y antes de la crisis, es que ésta es una crisis sistémica. Que mirado con otra lupa que la corriente en los análisis económicos al uso, se pueden entender ciclos en la historia económica, y estamos inmersos en un agotamiento del modelo que estaba en vigor. Que esta crisis va a durar hasta 2020 por lo menos, y no hay Merkozy o Capitán América que lo remedie.

Es interesante que su análisis no es caliente, sin resentimientos, y sin señalar ningún culpable. Es un análisis aséptico de la historia económica y ve lo que está pasando como inevitable.
Es verdad que los acontecimientos que se dan en el plazo de un año, cinco, diez, pueden gozar de cierta maniobra, y algunos agentes políticos o económicos los pueden hacer virar. Cuando hablamos de una escala de 50 o 100 años, los procedimientos no son tan maniobrables, se forman por acumulación de una montaña de acciones no tan conexas, y las consecuencias finales son menos controlables. A estas escalas de tantas décadas, sí que se puede hablar de una estructura, de un Sistema, un esquema de actuación, esqueleto en el tiempo, que tiene su parte de ciego y determinista, inabarcable para una persona o generación, porque es la cascada heredada de infinidad de hechos previos, que no pueden ser transfigurados en un santiamén.
Los actuales agentes políticos estarían en unos años de gestiones equivalentes a un "ensayo y error" planetario. Todavía no verían la verdadera raíz del problema. Las subprime y la deuda soberana sólo serían daños colaterales del mismo, y sus grandes propuestas intentan reparar estos terremotos amenazantes. Pero a la vez crean nuevos daños, porque el crecimiento sigue estancado, se entrará en recesión, se perderán más puestos de trabajo, se recaudará menos, y se volverá al inicio: activos inmobiliarios más tóxicos y amenaza de quiebra de estados permanente. Como si la solución no fuera la solución.

(continuará)




miércoles, 18 de enero de 2012

Low cost


Low cost ha sido un concepto relativamente reciente en el mundo empresarial. Una innovación organizativa que puede ser visionaria y una perogrullada a la vez. Porque el low cost se ha puesto tan de "moda" en la crisis, que es casi un imperativo de supervivencia para muchas empresas. Los negocios tienen que ser lo más pelados de costes por dentro, esqueléticos, e intentar ofrecer la mayor versatilidad y solvencia al moverse. Este esquema es el que muchos gerentes firmarían hoy. Pero es curioso, como este modelo fibrado y austero no siempre se ha seguido en empresas boyantes que han acabado engordando, de éxito probablemente, hasta perder esa fibra eficiente que lo dinamiza todo. Y muchos éxitos empresariales, desvelarían que siempre fueron low cost primero, pese a que vendieran artículos de lujo, o invirtieran constantemente beneficios en investigación.

En el sector de las aerolíneas, el margen de sedentariedad en los gastos era tal, que empresas como Southwest Airlines en USA o Ryanair en Europa, no han parado de crecer hasta ser ellas modelo de gestión a seguir para las reinonas del sector. Han establecido probablemente el paradigma de low cost más conocido, transformando el elitista viaje en avión hacia el viaje en autobús volado del siglo XXI.
No en todos los sectores cuaja el apuntalar los gastos al máximo, en aquellos en que la atención personal es básica produce un rechazo proporcional.

A estos negocios siempre les acompaña una leyenda paralela con peso variable que se les adosa y no se separa. Del entusiasmo inicial de poder utilizar servicios casi regalados... se pasa a una rumorología creciente de deficiencias en sus servicios. Las low cost son empresas brillantes y sospechosas a la vez. Y una de las claves de su supervivencia es saber llevar esta leyenda adosada de peso variable. El consumidor al final tiene el angelito de los precios adulándole a un lado, y el demonio de los detractores en el otro, para acabar o no haciendo click. A veces las propias empresas subestiman con arrogancia otros factores frente a la tacañería de la gente. Y lo peor que les puede pasar es que una empresa empiece a caer mal, porque el paso del cabreo y dibujarles una cruz grande en la cabeza está más cerca. O aún peor, el de convertirse en apóstol negativo de su uso.

Las empresas, como todo lo vivo en este mundo, no se escapan de ser mortales. Nacen, luchan, crecen, aguantan miles y miles de días de gestión, ven millones de cafés servidos en sus máquinas, involucran las vidas de generaciones, pero llega un momento en que las cosas cambian, les llega a fallar la salud, y acaban pereciendo.
Al ser mortales, se les recuerda también su trozo de arena en mejorar este mundo, todo aquello que aportaron e innovaron, y a los que llevaron las riendas, el mérito de sobrevivir durante todo el tiempo de vida de la empresa balance tras balance. En el caso de las low cost, con un tirabuzón más añadido.


lunes, 16 de enero de 2012

Feliz cumpleaños


Nunca me importó cumplir años. No entendía esas caras de pavor sincero de la vecina al recordar dos numeritos. Ha tenido un año entero para repetírselo y hacerse a la idea, a menos que se le haya olvidado, pensaba yo. Aparte, siempre había gente que estaba peor. O mucho peor.

La edad, es una atmósfera en la que vivimos, un órgano propio exterior que no se puede extirpar. Está siempre ahí envolviéndonos, pero a pesar de eso a pocas realidades se le puede poner más empeño en esquivar que a la edad. Es un bulto flagrante ahí en medio, un mueble mal puesto que sin embargo somos capaces de sortearlo en un complot cognitivo de finísima factura.

Poco a poco se acerca un cumpleaños nuestro más a la catarata de comentarios Facebook, que es donde se certifica hoy en día la muesca del tiempo en nosotros. Es un globo sonda enorme, que va ocupando el horizonte vital del mes, pero un resorte interior es capaz de desviar la mirada y hacer pasar el globo por detrás de la cabeza, lentamente, como si no hubiera pasado nada. Es como inventarse un nuevo chakra concentrado en el cogote para dejar allí toda la edad posible.

Con el mismo arte, somos capaces de reinterpretar post-its de la vejez llamados arrugas, fantasear con universos paralelos donde no existe la flacidez, y huir hacia adelante después de notar un achaque diferente y nuevo en el chasis. Una cifra, escueta y precisa nos tatúa la verdad. Los cojones, piensan algun@s, en una décima de segundo. Y a partir de ahí, esa cifra pasa a ser mágica y estancamente el secreto más blindado de sus vidas, como si desvelarlo les hiciese explotar y desintegrarse en agua chillando como en la matanza del cerdo. Se falsifican DNis en Kao San Road y hasta se intenta entrar a Bikini por las tardes para recibir un espaldarazo al ánimo restaurador.

- Pero dime tu edad! Y los ojos se hinchan como gorgonas al oír una cifra al azar que son ocho años menos de los oficiales, bueno, cuarenta y... plasss, ostiazo al canto por haber mentado la década-de-no-retorno. Se toca, ok, no me he desintegrado. Felicidades, felicidades, felicidades, stop it, no lo rebocéis, no hagáis fritanga de ésto, detengamos este ritual milenario en que todos os postráis y me dais mirra, mientras me cuelan otra cuchara de jarabe mortal por el otro lado.

Y la verdad es que puede que haya necesitado este post, ejercicio lírico, para acabar de cristalizar la asunción de los 35. Ya empezaba a ver destellos de Messi en mí y a la edad detrás con flato. Porque no deja de ser un fracaso personal requetedisimulado eso de escatimarle y racanearle a la edad, algo flagrantemente escondido, tan mal como se esconden los niños pequeños jugando al escondite, pero con cuarenta años en cada pata

jueves, 12 de enero de 2012

Pepe & Rubianes

La semana pasada fui a la calle Verdi a ver la película sobre Rubianes. Actuaciones y videos personales se suceden en torno a una cena de "las viudas de Rubianes", ese grupo de amigos íntimos que se siguen reuniendo periódicamente para compartir momentos vividos con Pepe.
Rubianes fue un fenómeno muy catalán, porque rebotó en las paredes de Catalunya y apenas pisó escenario y televisiones fuera de sus fronteras durante su apogeo. Para nosotros eso es un gran privilegio, porque la suerte o el destino concentró y reverberó toda su carrera sólo aquí, y hablamos de un humorista que por talento podría haber trascendido a escala mundial en todos los territorios de habla hispana, llenando los teatros que hubiese querido. Estaban los otros, y él. Estaba su carisma, y el del resto del mundo.

Era una especie de virus humanoide de la risa. Su sola presencia contagiaba buenas ondas, cachondeo, un chute de buen rollo nene, felicidad instantánea por momentos, ya fuera en su espectáculo o en una entrevista común. Tenía la virtud de encontrarse siempre en el medio del cachondeo, ésas eran sus coordenadas, siempre lo pillaban allí. El habitante del cachondeo automáticamente emitía unas voces felices y fiesteras, siempre ocurrencias agudas que salían de lo liviano de vivir en el cachondeo, sorna, ironía, juegos automáticos de sonidos y onomatopeyas.
El suyo era un humor tremendamente visceral. Historias fantásticas exageradas con la mirada seductora de un adolescente, onomatopeyas para todo, una voz cubana o andaluza o sarcástica catalana arrastrada en sus discursos. Podía convertir una anécdota en la aventura más desternillante, y las contaba como las cuenta tu mejor amigo a la vuelta de un viaje, con las mismas licencias. El tercio de sus palabras eran palabrotas, faltonas, rotundas, definitivas, con las que te descojonabas. Iba de frente, como ya comprobó la España triste y rancia, se la soplaban los insultos maricones de abogados con la picha corta. Si te has de cagar en alguien, cágate de veras.
Pero ante todo, era un gigante de carisma. Probablemente si se hubiese dedicado a explicar finanzas, presentar documentales de cine, ser tenista profesional, o médico anestesista, nos hubiese convencido y seducido de la misma manera, bastaba que aderezase su quehacer con una frase cachonda, alguna risa o voz de las suyas, alguna salida de tono marca de la casa. Era el cachondo de la clase, del trabajo, de la escalera, del bar, su profesión era ser cachondo.

Un hombre complejo como él se canso de este mundo y de los mismos sitios de cada día. Dejaba Barcelona para sumergirse durante varias estancias en su África querida: Egipto, Kenya, Etiopía...
Pero fumar cuatro paquetes diarios de tabaco hasta no poder dejar de fumar incluso con el cáncer de pulmón siendo tratado, le sentenció. O tal vez fue también su manera de dejar este mundo.



martes, 10 de enero de 2012

Santos becarios científicos


La biografía empinada de Einstein requiere detenerse en paradores por el camino, y pasar alguna noche leyendo El zoo cuántico de Marcus Chown o Agujeros negros y tiempo curvo, de Kip Thorne, para proseguir la marcha cuántica con Einstein sin que se nos salga la cadena.

Fascina aprender que a velocidades cercanas a la luz, el tiempo se dilate y el espacio se curve, que el tiempo vaya mucho más despacio y el espacio sufra deformaciones; que veamos la Luna siempre un segundo en el pasado, o el Sol ocho minutos en su pasado; que si el cielo es negro por la noche es porque la luz de millones de estrellas que no vemos, aún no ha llegado desde el origen del universo debido a la distancia a la que están; que el tamaño del universo es tan desproporcionadamente gigantesco respecto a la escala del ser humano, y más, que nos hace ser un boñigo insignificante y tocahuevos.

Nuestra evolución como especie sigue su ritmo. Ya no quemamos científicos en la hoguera por desafíar teorías supersticiosas de mafias que administran el miedo. La naturaleza, nuestro medio, es todo menos simple, siempre se ha movido por encima del encaje de nuestra capacidad. Y muchas veces hemos necesitado sentenciar que teníamos una explicación suma para todo, pese a que la naturaleza continuamente nos regatea, humilla, mea, en un repliegue más de su fondo inabarcable. El clima, los virus, la energía, el cosmos, el cerebro, son investigados cada día de la semana por miles de científicos a la vez desde todas partes del planeta. A veces se nos olvida.

Nuestra evolución continúa inevitablemente a medida que el individuo común es más científico, como siempre ha sido. Pero como la ciencia es construcción, no se toma conciencia a simple mirada. Llegará un día futuro, en que la ciencia será un contenido continuo en redes sociales y medios de comunicación, y no estará de refilón como en la actualidad. Los científicos, antes quemados, ahora mal pagados y en el anonimato, gozarán de un prestigio público y remuneración que ahora tienen los actores, jugadores de fútbol y ejecutivos de bancos privados [algún día del tercer milenio, también se pagará bien al directivo de un banco público eficiente]. España invertirá no un 1 % del PIB a investigación, sino 20 o 30 veces más. Parece increíble, como la televisión para los neandertales. Nos daremos cuenta todos, que quien realmente hace progresar la humanidad es la ciencia, quien realmente economiza y sanea las finanzas son los hallazgos científicos, antes se creía que era el espíritu de Dios, y ahora, muchos creen y practican queeselBarça (y no es inexacto, no jodamos).

Este mundo funciona todavía así. Hombres clave para la especie pueden llegar a malvivir con una donación-beca que se les pasa para investigar remedios básicos para todos, y su carácter proactivo, poco materialista y un tanto freakie en medio de una universidad de Arkansas, aguanta, calla y vive, sin joder al resto y sin ánimo de venganza misántropa justificada.
Por el otro lado, unos hijos de la gran puta economistas, que hicieron de plantas en la tierra de la facultad para que les creciera dinero en la cabeza, se subieron al camión del mundo de las finanzas que llevaba al casino más grande de la historia, la cagaron por cortos de sustancia gris y allí están intentando protagonizar la secuela de la aventura, porque no existe cobertura legal inventada que nos proteja de estas plagas... todo esto demuestra que, todavía queda mucho por hacer para garantizar la supervivencia de nuestra especie, objetivo no marcado por ningún gobierno, aún.

lunes, 9 de enero de 2012

Walter Isaacson

La biografía de Steve Jobs me pareció tan devorable, que al deglutirla me hice con la de Einstein del mismo autor, y muestras electrónicas de sus otras obras sobre Franklin, Kissinger, etc. Pero volviendo a la figura del fundador de Apple, nos encontramos ante una personalidad actualmente ensalzada a las más altas cotas de productividad planetaria. De alguna forma es lo que él soñaba, dar vida a productos que realmente hicieran historia.

Para alcanzar este objetivo, uno no puede marcar el mismo tiempo que sus coétaneos. Ha de correr más que el tiempo y avanzarse a él. Leyendo su biografía, queda consensuado por toda clase de testimonios, que Steve producía un efecto ampliamente bautizado como "distorsión de la realidad". Exigía plazos de tiempo imposibles para tecnologías inmaduras con variables excesivas, y las buenas ideas de los demás se las apropiaba tras haberlas detestado. Su mente podía permanecer en un efecto túnel durante todo un proyecto, sólo valía pasar por unos pasos a su ritmo y con sus riendas exclusivas, costara lo que costara. Visionario y capullo. Los ingenieros trabajaban 80 horas a la semana si hacía falta, apuraba sus capacidades intelectuales al máximo y les hacía sacar lo mejor de ellos con sus higadillos, declaraba guerras a los proveedores o a quien hiciera falta para continuar avanzando, reformulaba y rediseñaba funcionalidades hasta la extenuación.
Está claro que nadie se avanza al tiempo si no lo fuerza.
Pero sí, acababa conseguiendo hacer productos imposibles.
Aquellos en que el usuario final detecta un palpable salto tecnológico respecto a los productos predecesores, y un perfeccionismo poco usual.
Hoy el mundo está sembrado de iphones aquí y allá, el zénit de Apple, segunda empresa con mayor capitalización bursátil del mundo. Y un producto no financiado, como el Ipad, bate récords de ventas pese a tener un coste medio superior a los 500 €.
Jobs, desde bien joven, dominaba la electrónica lo suficiente para estar a la vanguardia de la tecnología. Y pese a que nunca fue ingeniero, estuvo rodeado del suficiente talento, para nunca abandonar esa vanguardia. Steve Wozniak fue clave en su eclosión, como el grueso de ingenieros de Apple para su estrellato. Pero sólo un visionario podía transformar ese trabajo excelente en un resultado único, forzando al límite las tuercas de un super-equipo, estirando el producto hasta sus topes desde el diseño revolucionario a las implacables ventas, esquilmando los componentes una vuelta más... Hasta que finalmente se obraba un espectáculo milimetrado de pura seducción en las presentaciones made in Jobs para catapultar las ventas.

El libro tiene una constante, que es inevitablemente mostrar el carácter egoísta de Jobs. Ni lo defiende ni lo acusa, simplemente se filtra ese carácter constantemente por los hechos y los testimonios. Jobs era una persona desconsiderada, desagradable y déspota en muchas ocasiones. El feedback común que solía dar a sus empleados respecto a su trabajo era "esto-es-una-mierda". Presión, insultos, radicalidad, era la atmósfera que transpiraba a los otros. Pseudoabandonó a su primera hija, y tampoco se prodigó con su familia en sus años de madurez. Podríamos debatir sobre si traicionó a algunos de sus más íntimos colaboradores. Y a la vez, de repente, rompía a llorar ante CEOs y empresarios, o íntimos amigos, convirtiéndose en melodramático. Podríamos decir que Steve Jobs tenía un super-yo claramente delimitado, crear una empresa que hiciera historia y pasara a la posteridad.

Se especula lo que afectó el hecho de haber sido dado en adopción por sus padres biológicos. Más que eso, apuntaría a que de una u otra manera fue un niño-adolescente consentido. Sólo este aspecto, explica la desconsideración permanente que le acompañó toda la vida.
Una de las razones por la que ha despertado admiración se debe a haber estado seducido por la estética. Muchos empresarios no contemplan la belleza en sus productos. El otro yo de Steve Jobs se hubiese dedicado a las humanidades o el arte. Y se asomaba siempre que podía, o se alegraba ufano de mayor, al descubrir que su hermana biológica resultaba ser escritora. Para Steve Jobs el diseño era tan o más importante que la tecnología, subordinándola a veces al primero (Jonhatan Ive mediante). Bill Gates, el último emperador, nunca se preocupó de que Windows fuera un ejemplo de estética. Los productos de Apple aparte de geniales tenían que ser bellos. Y desde sus Ipods, hordas de amantes del diseño, se vieron seducidos por los productos de Apple, esgrimiendo incluso justificaciones zen.

El hombre que inventó uno de los primeros ordenadores personales desde el magma oscuro de la electrónica, acabó reduciéndolo mágicamente a la palma de nuestra mano. Su legado, ser uno de los sorcerers, wizards, pocos que hay en la historia, capaz de trasvasar ingentes cantidades de ciencia a la cotidianeidad, en forma de producto.

sábado, 7 de enero de 2012

CIU es españolista a su manera

Llamar botiflers a un partido político en Catalunya es un término de moda y quizás de los de más de desprestigio, pero como insultar es gratis, la mortalidad en las palabrotas es más precoz que en las palabras normales. Un insulto no triunfa si su pronunciación no hace crecer su potencia, arrojadiza, en la boca; debe ser redondo, rotundo, y a poder ser llenándote la boca. Botifler es más sibilino, y por eso ha llegado más tarde a la armamentística común para torpedear políticos. Su sonido evoca el mercader precario y a la vez el gran traidor hipócrita de todos, botifler, una especie de vendedor de botifarras caducadas y el miembro de la comunidad que postra a una nación frente el enemigo.
Su invención y significado original se refiere a los partidarios de Felipe d'Anjou hará 400 años, pero un rescate lírico le da plena vigencia readaptada a nuestros días.
Al final, como buen insulto, se lo acaban arrojando los unos a los otros, sin distinción.

Tras esta introducción lingüística, quiero analizar otro aspecto de la política catalana. ¿Hasta qué punto CIU es un partido que en esencia va siempre varias décadas retrasado respecto al presente?
La "mayoría menos uno" de los partidos políticos en Catalunya con representación, proclama abiertamente aspiraciones soberanistas y trabaja por ello.
Curiosamente, CIU, el partido actual en el gobierno, y en la mayoría de los gobiernos en democracia, reivindica como objetivo de la legislatura 2010-2014 el "pacto fiscal". Ha de quedar bien claro que semejante proyecto flamante que pretende ilusionar a los catalanes, es el mismo concierto económico que Navarra y el País Vasco consiguieron hace tres décadas y 4 años. Clap clap.
Por un lado CIU se presenta como un partido catalanista como el que más, pero después ejerce su política de "peix al cove" durante 20 años. Pez que queda suelto, pez que metemos en el zurrón, gran heroísmo ridiculizado ante la mirada con sorna del status quo vasco y navarro. Esas aventuras de Jordi Pujol, ahora se modernizan "súper-peix al cove 2.0" pidiendo algo con 34 años de moho. Y con Duran i Lleida de escolta eterno de ningún paso más allá.

En toda nación que no tiene un Estado, hay una parte de nación conquistada, perdedora, sometida. Esta parte es bastante innombrable en los debates sobre soberanía. Pero actitudes como las de CIU pueden tener como punto de llegada, ser una nación derrotada.
Buen ejemplo de ello es el mismo presente de hace dos días:
- CIU: Damos 6 meses al Gobierno de España, para que se acomode e incluya el pacto fiscal en los temas prioritarios.
- respuesta PP: Os damos 2 para intervenir vuestros presupuestos autonómicos, capisce?

A todo esto, prefiero una maragallada o varias valientes, desde territorio PSOE en contra, que toda esta especulación un tanto hipócrita. Creo que significó más distancia recorrida hacia la independencia, y demostró en hechos más catalanismo. Una independencia cada vez más aceptada por la gente que antes era más escéptica o agnóstica. Una independencia despertada por la rancia derecha española, que fácilmente desplaza cualquier sentimiento de pertenencia. Porque puede ser que en el fondo hay 2 distintos, que el debate remite y da vigencia a las dos Españas. Y puede, desafortunadamente, que el PP y CIU estén en esa misma España.

jueves, 5 de enero de 2012

Los pantanos de Internet

Internet es una calle más, una arteria gigante donde puedes comprar, consultar, charlar, diseñar, lo que te plazca. Casi podemos decir que el mundo era más pequeño antes de Internet, que el imaginario ahora sí que está urbanizado, y la mente tiene los coches que antes no existían.

Pero si hay algo curioso en esta nueva parte del mundo, es que es una ciudad sin ley, como una especie de lejano oeste poblado de espíritu pionero, fuera del alcance de los culos conservadores que aún se maravillan con el teletexto. A un click puedes contratar sicarios en una web, navegar por galerías de menores desnudos, traficar con substancias ilegales, invertir en estafas pirámidales gigantescas que recaudan dinero durante años indemnes, o aprender a fabricar bombas para atentados.

Mucho sargento de la policía todavía le da al teletexto y a las amotos. La policía tiene un culo conservador, bien sentado dos décadas antes. Sólo esto explica un culo tan inpuntual y poco profesional, capaz de tener una intervención anecdótica en el presente, y de ser tan efectivos en el pasado. No me quiero imaginar el miedo que a la vieja guardia le ha cogido al sentarse frente a un ordenador, oh ente-araña capaz de absorber a uno.

Sigo con la línea "haciendo amigos" como veis. Pero hay ciertas cerrazones que pueden ser un mal del mundo infusionado y disimulado. Usted se adapta a los tiempos, no los tiempos se adaptan a su caspa. Y la autoridad no se demuestra con goleadas fuera de su "casa", como un sabueso encelado.
El espíritu de Steve Jobs nos libre, de un intervencionismo excesivo de la policía en internet, pero que alguien les explique de qué va esto. Probablemente la policía siempre irá a la zaga de los tiempos, y sus nuevas generaciones hacen lo que pueden con los medios que disponen, pero todavía queda caspa que despojar de su cuerpo.

miércoles, 4 de enero de 2012

Cruising


Las asignaturas académicas que en sus letreros incluyen la palabra Fenomenología, suelen salir buenas. Un estudiante de Humanidades pastorea cuatro años por la sabana de la facultad, y ha de olfatear títulos de materias, degustar pedazos de asignatura, dormir al raso de peroratas de charlatanes, para salir de la sabana listo para trabajar en otra cosa. Tal vez la aventura africana debería de durar dos años intensos y más perentorios, y no hacer perder el tiempo porque la vida ya extravía de por sí lo suyo. Te metes dos años en el zulo, ganas en realización, y listo.

Hoy hablaremos de algo que alcanza la categoría de fenómeno. Algo que sucede a troche y moche cada día, pero estalla con el silenciador de los hechos no sospechados y no digeribles.... el cruising.
Es una actividad de cierta cultura homosexual masculina, consistente en follar rápida y aleatoriamente en lugares poco concurridos con la gente que pasea por allí. Tal cual. Mírese una arboleda en medio de un pueblo, donde se pueda aparcar cerca, y veánse de 5 a 10 varones dando vueltas sin dirección, algunos entrando en el minibosque, otros saliendo, alguno parado y sentado. Introdúzcase usted en la espesura, y un ramillete de fundas de condones, cleenex inseminados, y preservativos en flor, se sucede por el suelo. Acerque su oreja a los matorrales, y oiga jadeos y susurros, de esos varones, en este caso todos rondando la cincuentena y con hechuras de maridos, o habitantes todavía de armarios, en pleno acto copulatorio.

Camine 100 metros y ya en el lejanísimo pueblo, ponga la palabrita cruising en er google. Fe-no-me-no-logía. Resulta que abundan foros en los pantanos de Internet con todos los follódromos imaginables. Plantas cuartas del Corte Inglés, callejones céntricos, calas bucólicas, urbanizaciones cómodas cerca de la capital. Basta con seguir el rastro de los condones usados con los que parecen ofrecernos un presente preciado a los demás, para confirmar un follódromo de este nuevo deporte, el cruising.

Cada cual puede hacer lo que quiera con su vida, y más si el resto del mundo ni sospecha que en sus vecindades se copula paseando. Por supuesto que es una sorpresa para la mayoría, que se verifique una sed sexual tal en la cultura homosexual, pero siendo entre hombres, a muchos no nos sorprende esta salidez, no se está descubriendo el mediterráneo.
Pero habiendo montañas, bosques y hasta hoteles en el mundo, no toquéis los cojones e id a follar a una distancia cabal como todo el mundo hace. Y sí, si la poli no se toca los cojones y se mueve, aceptad el dolor de huevos, la multa, y la reprimenda del madero por no saber que un condón usado y un cleenex con vuestro semen cabría perfectamente en vuestro ano unos minutos, pedazo de guarros de la gran puta

martes, 3 de enero de 2012

El estado económico de la cosa (1)


Varios apuntes:

a) buena parte del discurso temático de nuestro tiempo se ha tornado pensamiento económico. Si en otras épocas los temas estaban más difuminados, o los copaba la religión, política, cambios sociales, etc. hoy en día el tema económico ha invadido la mayor parte de contenidos en libros, noticias, ensayos y sobremesas de domingo. La economía es el principal protagonista temático de nuestros días.

a1) Como los buenos árbitros, normalmente los grandes gestores no se ven, veáse malabaristas familias que desde la postguerra firmaron economías que ahora parecen cosa de magia.
 a2) Y en cambio, este mirarse al ombligo de lo económico, esta hipertrofia temática, los medios informativos convertidos en glosa diaria de culebrón financiero... responde bastante a un modo de actuar colectivo cercano a lo supersticioso.

b) Algunos intrépidos empiezan a nombrar el término "tormenta perfecta" para referirse a la caída en dominó de la mayoría de superpotencias económicas.

b1) En las glosas de los capítulos del culebrón, se ignora la suerte de los 150 países que no son superpotencias, asumiendo que peor no pueden estar. Falso.
Están mucho peor que cualquier superpotencia, porque su situación económica es la de los otros hace 20 años o más. Y su situación es dependiente de lo que les acabe pasando a los protagonistas del culebrón, como un parachoques no se libra del trompazo del resto del coche en caída libre por el precipicio.

Nos da la sensación que esa gran caída es de las más torpes jamás vista y con una colaboración patán del que se cae, considerable. Es una crisis-nebulosa. Nunca te dirán "aquí se debe tanto", ni te mostrarán los tres únicos escenarios posibles. No hay una definición clara de la crisis ni una hoja de ruta trazada para salir. Y no hace dos semanas de que estallara, hace años.

c) El firmante de este post la cagó prediciendo una hiperinflación para el 2011. La inflación depende del dinero circulante, y la hiperinflación de la afición de los estados a imprimir dinero. El dinero se puede imprimir, y en Estados Unidos dan buena fe de ello. Si tienes que pagar algo, puedes imprimir dinero, mientras haya alguien que te lo preste. Y aquí como todo el sistema está endeudado, empezando por los intermediarios del dinero, bancos, los precios suben moderadamente.

En el fondo puede que no haya nada nuevo bajo el Sol. Que si se quiere continuar creciendo, ansia ya crónica, se han de hacer los debidos reajustes, porque se salió la cadena. Ahora la Comunidad Económica? Europea parece un Frankenstein, porque tiene moneda común pero políticas económicas dispares, cuando antes era igual que ahora y no se mentaba a Frankenstein. Podrían anunciar que ahora están sentando las bases de la Europa de los próximos cien años, relajar la opinión pública, y cambiar el ambiente amenazador en esperanzador, digno de discusiones, debates y prórrogas. Estados Unidos podría dejar de jugar a indios y apaches con su obesa deuda, tal como ha mostrado a todo el planeta con la chiquillería entre republicanos y demócratas, ganando méritos para una más que plausible tormenta perfecta allí, más que en el ojo ajeno.

d) Pero shhhhhh, mientras lees este post, y mientras esta cósmica red de araña nos envuelve a todos, a nuestra espalda siempre se oirán los piececitos de un CEO banquero, a lo lejos, ya cerrando una puerta.
Y cuando los países se desmoronen y hagan un estruendo, el humo del puro de un banquero se confundirá con el polvo de los escombros, allí en el aire

lunes, 2 de enero de 2012

El ruido del hashtag


Manzanas y peras. Facebook y Twitter. ¿Quién es quién?
Hoy en día existen dos modos vigentes de relacionarse en red, dos modos diferentes, con una satisfacción de usuario siempre adosada.
Facebook ha sido el mainstream, el inventor de la palabra “amigo” en el siglo XXI, aquellos entes que crecen, como un pelo en la pantalla de uno, y son recortados trimestralmente con nuestra cosmética de dictador de metro cuadrado.
Twitter ha sido el de la zaga y ahora es el aspirante, el inventor de acercar “celebridades” con españolitos y neozelandeses normales, a la vez que ha descubierto que Internet también puede chillar. Hashtag, hashtag, hashtag mediante. Y nos podríamos preguntar hasta qué punto en el Benito Villamarín no se hacía lo mismo con las almohadillas arrojadizas de toda la vida.

Me jugaría tres shekels a que Twitter continuará su fuerte galope, y acabará de atrapar a Facebook en notoriedad. También que la gente creerá que Twitter es una socioherramienta mucho más útil que Facebook, cuando podríamos echarnos unos gritos concluyendo que útil, útil, es la mitad de una.
Pero, siempre queda muy prohumano para el periodista de turno, creer que las nuevas olas de progreso que llegan son un avance, un click original rompedor, útil, anónimo, y hasta revolucionario. Entonces empieza el mamporreo, sic. “el poder de las redes sociales” aquí y allá... que casi aparezca un “hashtag y su potato family” como personaje del año en la revista Time... y que las televisiones intenten salvar sus parrillas con donación de hashtag de las masas.

Unas de las cosas que más llama la atención de la raza anónima-mitad del planeta Twitter, es por qué los famosos pierden el tiempo contestando a fulanitos aduladores y menganitos que los odian. Twitter es en mucha parte ese circular de espermatozoicos mensajes de anónimos, rozando las orejas de gente que ya ha llegado, a la notoriedad social. Y una "mención de", muchas veces es el momento feliz de “yo una vez charlé con...”.

Nada que ver con Facebook no? Allí la cantidad de amigos notorios es cero. O es mil, si atendemos a la ambición de notoriedad de los status de los colegas. Facebook puede acabar siendo muy prescindible, hace gracia descubrir a tus amigos por la vía de la pantalla, pero pasada la novedad continuarás quedando a tomar cervezas cara a cara con los que todavía no has exterminado.

Y creo que esto de las redes sociales, Facebook, Twitter, hashtags, status, son herramientas de notoriedad masiva. Son calles despobladas en el centro de las ciudades, sin caras, ni voces, ni olores, calles asépticas donde plantar mensajes cómodamente en medio de la gran multitud de ojos. Nadie habla del ruido del hashtag, del ruido de Twitter, y cándida o estúpidamente vemos que un hashtag con tetas es un trending topic.
Como siempre, en definitiva: la admiración es lo que da sentido a seguir a alguien, la tecnología permite acortar distancias insalvables, y el formato, lenguaje escrito, elimina muchas plumas coloridas y limita todo, a un contenido más tirando a inteligente.
En fin, viva twitter, con su tecla de bloqueo como libertad, no contaminante