domingo, 28 de febrero de 2010

Domingo antes de ir a la piscina

Un peazo tatuaje tribal en la cocorota, en plena calva, sin ropa que lo pueda disimular.
Y un día aparecer en la tele, y susurrarle a cuatro millones de personas que me voy a suicidar el domingo, mientras en el bar de abajo sirven el último bocadillo de calamares.
Esta es la nueva novela no escrita de un tal Coto Matamoros, no, el nombre tampoco es novelado, se llama así, zumbamagrebís.
Qué paranormal es todo... suelta la otra en una frase de Spanish Movie.
Y Jorge Javier Vázquez al menos hace bandera de todo esto y lo rotula "neorrealismo televisivo", con toda la jeta, si hay que robar al menos que sea con arte, y es de los pocos que se salvan en esta multinacional rival de Telepizza, pero que en lugar de Hawaianas entrega basura y detritus a domicilio. La tele es una mierda, Calderón de la Barca.
A pesar de todo la consumimos, pues una imagen vale mucho más que muchas cosas, y somos una especie que se alimenta por los ojos.

La televisión es una parrilla, y es una especie de mundo paralelo que irrumpe en el siglo XX y cambia la faz de la Tierra para siempre (continuará)

lunes, 15 de febrero de 2010

Río olfativa

España se recupera de la explosión de su pompa de jabón inmobiliario, y de la eliminación antes de hora de Karmele Marchante para Eurovisión, en nuestro Estado de Pandereta, a partes no muy desiguales. Aquí, en este simpático Estado comparsa, una marabunta de milhoes, danza y marcha sambando en bloque, como un gigante colmena feliz en su peregrinaje zumbón que dice que no hay camino, que se hace camino al sambar.

Primer día en este Río de Febreiro. Una capital en medio de la selva, igual en latitud al Congo, con un suelo que tiene ganas de jungla a la mínima, pero donde fue fundada una ciudad que ahora es una de las urbes más grandes del planeta. Las calles engañan, pero las bromelias y los epífitos de los árboles en cualquier calle, te recuerdan qué es lo que la invadiría todo en meses si la dejarán crecer.

En la selva todo el año es verano, sólo llueve una mitad y la otra lo hace menos. Río se convierte en una experiencia olfativa. Los fogones del aire están a 33ºC y todo olor gana en intensidad. Tierra de desigualdades, el Centro huele en general francamente mal. Un eco constante a agrio de fondo, salpicado por olor de comidas, y un recurrente olor a orín, podrido, sudor; una lacra en el paisaje acorde con la pobreza y lo destartalado de sus calles céntricas. Rio Centro es decadencia, es calor no apaciguado, y es odor desgaradable a tu pesar.

El insomnio me hizo ser el primero en subir al teleférico hacia el Pao d´Açúcar, y evitar la fanfarria de turistas que te hacen sentir en Disneylandia en cada lugar, especialmente los de EEUU y su actitud natural de comportarse como en un parque de atracciones, cuando están fuera de su país, desde la voz alucinada hasta las poses fotográficas con el Mickey Gaudi de turno. Parecen educados para el espéctaculo como si el planeta fuera Broadway. Eso en otras latitudes puede producir escalofríos muy adentro.

Desde arriba del Pan, uno domina toda la ciudad y la singular bahía de Guanabara. Entonces ve los Orgulls e Igueldos mágicos aquí y allá, como una Donostia agrandada con tumores de belleza, redobles inimaginables de la Bella Easo, metrópolis colocada dentro de un parque natural ahí, mirándote flagrantemente escondida.

Los olores en Ipanema y Copacabana saben a bonitos. En estas barriadas costeras vive y se pasea la gente bonita, y limpian los olores. Ayer sólo la pisé para recoger las entradas del sambódromo, y volver en un metro con riesgo de avalanchas, para remontar sueño en el hotel.

Unas horas más tarde conseguí in extremis medio metro cuadrado en mi arquibancada del Sambódromo. Este año fue menos intenso no sé si por los altavoces, las escuelas más flojas, la grada más pija, la no compañía, o el medio metro cuadrado. Porque en él, uno debe organizarse el mini set de periodista con cámara, objetivos, videocam, el libreto de las canciones del samba enredo, las bebidas para placar el calor, la mochila, y las pertenencias y pasos de samba del vecino.
Hay reportaje ya en flickr, y ahí os espero, para acabar de ilustrar el día ;)

domingo, 14 de febrero de 2010

Cuántico y chorra

Estallar mi cobertizo de cristal
por un metorito de crueldad sanguinaria
Soltarse todas las cuerdas que sujetaban
mis pilares de cartón chapado.
Todas mis chuletas para una sola era.

No saber con tanto polvo tuyo dónde está,
el manual del siguiente período arquitectónico.
O el tendón que regenere esta invalidez.
Ni haber formado mozo de almacén alguno
que recorra mis salas apagadas y
los millones de recuerdos tapados.

Violar mi seno de porche americano
y cagarse en él con palabras que no entiendo,
pero que suenan a otros, y a un contramundo maligno.
No dimitir porque no tengo valentía para tanto
ni perder porque no tengo mucho a perder

No sé si éste es el mayor drama del mundo,
pero hoy mi chico me ha engañado
y por perder he perdido, hasta la hora del suicidio.

Titúlame

Me siento difícil de saciar, vinos y antibióticos aparte, una necesidad de vivir algo mucho, intensamente, esa necesidad de saborear del músico, que quiere saber el sabor de lo que piensa, de lo que suena, de lo que ve, de lo remoto, de lo olvidado. Qué durilla la vida del músico, tan colmado y a la vez propulsado a más, qué neurotransmisor debe colaborar a ello? Una especie de adrenalina aferente, recibida, más que expulsada. Qué manera de sorberse, de sorberlo todo. Aquí sólo queda huir hacia adelante, ser nervioso, y hacer un plan estratégico nacional contra la ansiedad.

Vaya mezclita de cata de vinos de bisnes class + farmacopea por tres extracciones de muelas esta semana. Esta escritura mía también sucede abocada hacia adelante, con cierta prisa estructural.
¿Qué habría de malo en irse de pinchos triptamínicos y de fenetilamina, como se va el doctor Shulguin con su mujer? Esa Donostia química glosada en sus libros rigurosamente científicos y cabales. La sociedad con los psiquedélicos es tan lerda como Benito Lopera Perrote y su crónica afección, "lo suyo", frente a cualquier esfuerzo. ¿Tendrán los deliberadamente mediocres un miedo ancestral parecido a las chicas divinas de la muerte que perdieron su cita con el suicidio?
Ha quedado maja la poesía (y vosotros aún no conocéis la segunda parte), el melón ha salido güeno. Anda prueba Marciaal, prueba Marcial que está rico eaa. Un mundo con una calle o campa ranera, dedicada a Muchachada Nui, sería un mundo más bonico. Mira, si puedo pondré a la nueva sociedad, Muchachada Gurmé SL, ahí va eso muchachos.

Qué guiso de puchero todo mezclado y graso es este post chicos. Qué potaje densico ha salido. Pónle tú título, que yo me abstengo, que no es fácil

Novélame

Mientras Nacho reposaba la cabeza sobre su asiento mirando a su señal de no fumar, parecía recibir todo el peso de la aeronave sobre sus sienes. Su vida ahora pesaba más que nunca.

Un avión es un lugar que suena a aire, sin haber ninguna compuerta abierta. Un sonido perpetuo y envolvente, propio de quien viviera dentro de un aparato de ventilación. De hecho no dista mucho de un tránsito espacial. Es como estar en suspensión, la mayoría de gente planifica tareas varias con las que llenar el temido tiempo de vuelo transatlántico, pero luego se paralizan por el aturdimiento, en este lapso de vida sentada dentro de una tubería de ventilación. Nacho hasta tenía agendado ordenar toda la música acumulada en lustros en su reproductor de música, pero no acabó haciendo nada y fue raptado por la nadería cómoda de un viaje en avión.

Sus ideas rebotaban con violencia de extremo a extremo, simulaban tener vida propia, y siempre da miedo ver que el contenido de tu pensamiento se separa de ti e irrumpe sin timón de tu voluntad. Escenas de la vida pasada con Marta ahora, paraísos inventados en los que refugiarse luego, especulaciones paranoicas sobre aquel señor mayor de la cara de plástico que estaba sentado a su vera.

Sergio Moliner intenta darle cancha de nuevo. - Has leído alguna vez "El cortacésped quebrado" de Félix Vallejo? - Zzzzzzzz. La respuesta de Nacho es un leve ronquido, Sergio resopla en silencio, repica con los dedos, se acuerda de un refrán que no pronuncia. De 10 gestos y expresiones que emite, ocho suelen ser de trámite cortés o llenasilencios. Desde 1977 no había tenido ningún conflicto con alguien que hubiese tratado. Estaba diseñado para la cortesía y el decoro. Coderas en su chaqueta, un paquete de pañuelos renovado religiosamente cada domingo, iniciales bordadas en todas sus prendas. De las pocas cosas que le irritaban, una era el yoga. Él, que sin saberlo respiraba mejor que los cánones de un pneumólogo, con el mismo mimo para su ritmo de tareas que el que dispensaba para el trato considerado hacia los demás. A su propio cuerpo le abría las mismas puertas con educación, brindándole toda pauta de corrección: salud, dieta, elasticidad, ejercicio, ningún exceso. Pero en la parcela de fundamentalismo y orgullo que todos tenemos, detestaba todas las recomendaciones panegíricas sobre salud que no fueran occidentales. Tenía un racismo procedimental, como si no le cupiese ya en su extensa comprensión y respeto hacia los demás nada que no fuera de su cultura. Le habían propuesto sus padres cubrir la atención a los demás en el tú a tú como objetivo básico, ese fue el menú educativo que ingirió Sergio Moliner, aderezado con un olvido sistemático a otras culturas, que cuando fueron descubiertas tras la España triste, fueron un choque no tolerado por el profesor. Para nada sospecha que su vida va a partirse en dos tan sólo al pisar Costa Rica. Sólo sus allegados saben que el profesor nunca había salido de su provincia en 72 años de vida ceniza.

Cuántico y chorra II

Y cuando se pierde la cita con el suicidio? Qué queda?
Unas vacaciones en la Manga? Una sobredosis de tópicos?
Eso, ser una obesa mórbida de tópicos,
anestesiarme a base de confundirme con la masa
perder mi silueta, mi nombre,
y donar mis sueños a una oficina,
recelar de mi intimidad
para que no cante mi fracaso megalómano,
para que nadie lo pueda descubrir ahí mal puesto
Y ganar otra silueta, un becerro adorado de curvas
Pues mi uci es la adulación
y mi Biblia la cosmopolitan.
Soy tonta, casi rubia, y si me miras me enfado.
Trabajo en una oficina y en un espejo,
pero lo último es sólo porque perdí una cita con el suicidio,
porque sólo a base de cosmética dejará una tarde de
oler esta mierda gigantesca que soy yo.

¿A qué cuesta verlo?
Pero no me mires, que me enfado
tú no me descubres ni te da tiempo a oler nada.
Sólo si me adoran sobrevivo
soy pura especulación,
mi guerra es la estética o la psicosis.
Y perdona si te humillo, sólo sé hacer eso.
Agradece el paisaje, y no pises la mina que hay en él
Si penetras en él, saltaré enroscándote hasta asfixiarte
no soy mala, sólo soy una serpiente.
Y sólo convivo y me reproduzco
con otro reptil que trepe.
Yo quiero un banco, no un poeta,
una micra de andrajoso me produce sarpullido.
Christian Dior cuesta dinero
y una felación tampoco hace pensar rato si sabes hacerlo bien.

Soy la fachada más bonita de una casa que detrás nunca existe,
soy una ilusión, soy un espejismo
y así
soy
casi persona

Un Boeing y un Airbus tienen un hijo

Nunca te pongas para viajar un pantalón con goma en la cintura. Has oído?

Y tú, dime por tu parte... que qué se ha de hacer existencialmente si coges una buseta para ir al aeropuerto, con ocho personas entre amigos y familia, y antes de arrancar se pregunta 5 veces en ráfaga: - has cogido el billete?? - has cerrado la puerta de la habitación? - oye, hará frío, has puesto más chaquetas? - los sandwich, te has olvidado los sandwich? - te pasa algo Luis, te veo raro, estás enfadado?

En fin, puede ser que en el futuro inventen unos lectores electrónicos de lenguaje, que midan el grado de inutilidad de los flujos conversacionales. O que exista una Reserva Federal de las palabras que vaya regulando el % de coherencia mínima exigida, para que el mundo y hasta la economía no se resientan y vayan mejor.
Los inquisidores de la nada, son seres hipercontroladores que revisan y sancionan los procesos más estúpidos y automáticos de nuestra gama, rebozándolos de burocracia hasta la extenuación. Es un rol, que a veces se abulta en el papel de padres, cuando una manía natural e inconfesable hacia los hijos, se traduce en secuestrarles la vida de esta manera.

Es un maltrato encubierto, porque, hasta qué punto hay un pacto tácito planetario, para no incluir casi nada incorrecto políticamente, acerca de tener un hijo.
Hay varias motivaciones para intentar no fallar unas cuantas veces a un hijo, que se les falla. Se oyen voces: - pero si yo nunca le fallo amorlovepuntocomm // porquelomásimportante delmundo es el amor (bis), y escribiría amorunmillóndeveces en una carpeta como en un aula eterna de la vida.
Bien, accionistas de Paulo Coelho, qué tal si utilizamos dos palabras o cien, para matizar, diversificar, más que nada.
- Amor y paz? - J: Más please? - Amor y paz... interior?
J: - Oh, qué espirituales que sois, cuando os encontréis un: hijodelagranputa, a ver con qué lo rimáis.

Sigamos, mientras me recoloco la camiseta interior que el pantalón no aguanta, ya.
Que más vale llamar a los cachorros por su nombre. Que mejor ver que un crío es una puta criatura que una de sus habituales ocupaciones es dar por culo; que fractura la economía e instaura un nuevo régimen; y que te hace ver lo inflamable que es el ego humano y lo ilimitadamente desagradecidos que podemos llegar a ser.
Y también, que es una puta maravilla de la naturaleza esa complejidad orgánica y esa manera de devorar aprendizaje, que se nos llena el orgullo cuando sus progresos faraónicos nos deslumbran, y que nuestro masoquismo natural de serie nos hace sentir realizados cuando recibimos algo de ese amorlovepuntocom por parte de ellos.

Es una ardua empresa lindando con la quiebra procesual, un bello porculerismo en vena consentido, una especie de batalla en bucle, equilibrio y malabarismo con dudas en el aire, que nos hace dar todo de nosotros, y cuando toca tierra, y todo ha salido bien, y hay una tregua que sabe a meta final, nos hace sentir más que vivos y con el sentido colmado. Hasta la siguiente batalla.

Los mejores amores son los de verano adolescente, porque parece que se va a acabar el mundo y esprintamos en sentir al máximo. Un cachorro nuestro nos exige lo mismo, y por eso la última ralla de la suma es el cero coma algo más refinado e intenso. Qué gran pérdida, qué manera de morir, qué bello. Así sí que dan ganas de dormir para siempre.

Y no olvidemos, que esta victoria final del guerrero, este altruismo cuasi-patológico que es la paternidad ejercida, es así porque alguien antes, también se sacrificó y vació por los mendas.

sábado, 13 de febrero de 2010

Rock in Rio, encendido.

Por la ventana se ve el paisaje mesetario mitad madrileño mitad lunar, que rodea al aeropuerto de Barajas. Esta mañana, me levanté algo apesadumbrado por el carrusel de fatiga que iba a empezar en este vuelo de unas once horas, a la ciudad que organizará los juegos de 2016. Una hora más tarde estoy en la sala Vip de Iberia, con todas las comodidades porque el overbooking me ha otorgado de repente unos privilegios azarosos que harán del vuelo un giro de 180º en comodidad. Hasta el retraso tradicional de esta compañía, que ahora es anunciado por altavoz, uno lo acoge con cierta alegría.

Luego esperará Rio, esa ciudad singular tan diversa, exótica y veraniega. Más allá de las citas en el sambódromo, Maracaná y Copacabana, de las excursiones por selva e islas vecinas, espero que se precipiten momentos especiales no esperados que me sumerjan en los brasiles de la bahía de Guanabara. A calentar motores

martes, 9 de febrero de 2010

Breve mojón acerca de la Estética

¿Hay algún parámetro compartido para juzgar una obra de arte? Emmanuel Kant no atisbó siquiera una Crítica de la Razón Estética, y esta "disciplina" ha sido menor en la historia del pensamiento. Es una palabra héroe y villana, pues hoy en día monopoliza su semántica en corporaciones que rondan la cirugía somática. Pero es en la arena de la estética donde acaba y termina todo, una vez que la metafísica se extingue ya exprimida como ámbito cabal de la realidad, sin conseguir ser definitiva.

El hecho de no contar con la metafísica es adulterado llamándolo algunos nihilismo, cuando sólo es una poda del absoluto, o una disolución de él en el magma volátil e igual de ontológico que es la existencia. Ha habido una desfiguración del absoluto. El existencialismo se da por contado como válido, pues se han multiplicado las dudas sobre una esencia última, hasta poseer el motor de todo convencimiento: la certeza-suficiente, que disipa la posible veracidad de una realidad ultratumba y paralela.

Y como el absoluto - más entendido ahora como un remache y una necesaria cota del infinito - es preciso notarlo y sentirlo como referencia y relajante del caos, resulta que ahora no tiene formas; es en la estética donde se dice, que ya es mucho, y se nos hace visible y tangible, teniendo una forma al menos por unos instantes prolongados. Necesitamos saciar esa necesidad de absoluto, ese colmo del sentido, algo que haga redondo y completo, y se acerque a una esencia resumida del vivir.
Sólo por el arte y la poesía se puede parafrasear esa esencia hiperconcentrada, generalista y a la vez hiperconcreta, resumeuniversos, que la frase concreta por la nuca de un hijo en una tarde acertada puede emular, y también consigue revolucionar y tatuar una vida.

domingo, 7 de febrero de 2010

El secuestro de España 1/2

A propósito del próximo lanzamiento de "La dictadura de Franco" de Borja de Riquer

España tuvo la poleo de pequeña. España no está curada. Es un país ingenuo que se pone a trotar los años con sus primos del norte, pero aparecen sus cojeras, su mala constitución. España estuvo muy enferma, moribunda, pero nadie podía decirlo, estaba prohibido. España se apuntaló en Dios, Patria y Pistolas, en un combinado aplacasuspiros. Y sólo cuando el enviado de Dios en la península expiró, sigilosamente nos fuimos de strankis de esa escena de hospitales de dioses. No hicimos ruidos, no restañamos heridas, encaramos lo post-traumático sin diagnóstico y chapando la boca. A eso le llamamos Transición.
Durante 20 años, desde el 39, se destruyó el proyecto de España alternativo al instinto marcial del Ejército, y durante los 20 años siguientes se trató de no "romper España" al precio y con los privilegios que fuera. En España no hubo una dictadura, en España hubo un secuestro. En una clase de colegio basta con una pistola para hacerse con el poder, basta un loco que se haga con un arma de destrucción para paralizar al resto. Basta mostrarse sanguinario para pegar tiros en la nuca, y desencadenar así una guerra cueste el precio que cueste. En España se vivió un duelo universal e histórico entre la violencia y la inteligencia, entre voluntad y pensamiento, una metafísica hecha física en el gozne de la lucha entre dos bandos. No hablo de buenos y malos, quien usa esas palabras es un disney. España está infestada por una tradición de agresividad, que se lleva de serie. A los padres de Sandra Palo, cuya hija fue violada, agredida, quemada, y atropellada. Siendo disminuida psíquicamente. Y a todas las víctimas de un psicópata, que les vengan hablar de la tendencia a la bondad natural en el hombre. A una persona que dedica las horas de su vida a estudiar en profundidad los fenómenos sobre los cuales todo el mundo luego se llena la boca y opina, a la comunidad de científica de psiquiatras - neurobiólogos - neurofisiólogos - neuropatólogos - genetistas ... que venga un memo/a cualquiera como tú, a decir que el ser humano no sale tarado en un % contante e hiriente de casos. Un defecto congénito de la naturaleza incurable y fatal que lleva a atropellar... y/o ser Antonio Anglés, etc.

Y no reconocer que España estuvo 40 años recientes, que se dice pronto, en manos de un enfermo patológico como lo está ahora Cuba, y que soportó esas perforaciones anales al núcleo de su salud, progreso y estabilidad, las aguantó y podíamos decir que pagó billetes por ellas hasta que el monstruo fue destubificado, no palpar la conciencia esa historia, equivale a creer que tu Estado/país/nación es cuarenta veces más fuerte de lo que crees, y que los sociópatas, la ciencia, y los mileuristas, nunca han existido. Si se han podido vivir dos mil años enajenados, si la vida es cuestión de poder tomar un opio, parece que hay variantes de sobra. El panem et circenses, es milenario al igual que la sodomía social autocomplaciente.

Entonces sigamos huyendo hacia adelante con ritmo continuo y sutil, no veamos los mecanismos de defensa que como comunidad cargamos años ha. Sigamos comparándonos e intentando adelantar a Francia. El progreso no es lo nuestro, estamos tarados, la historia de España es un continuo bastión de fracaso. Reformulemos expectativas. Partamos de nuestra casilla de salida y no hagamos trampas. España es más caribeña que centroeuropea, más bananera que nazi por otro lado. Aquí vivimos muy bien, trabajamos peor, y eso no es nada malo bla blas.
No hace falta tirar las paredes, basta con poner letreros con kilómetros hacia las cosas más realistas, fundar nuevos partidos, ser más sanguinarios con quien lo va a ser con nosotros, y más si es el tonto de la clase. Nos hace falta reírnos más de nosotros mismos, pero no olvidar, que somos capaces de dejarnos secuestrar por el subnormal más violento del barrio. Los traumas sólo pueden servir para prevenirlos y que tarden muchísimo en volver. Y de mientras, vivir la vida de los pacíficos y enamorados de ella.

lunes, 1 de febrero de 2010

El silencio que habla

Silencio humano completo en la casa. No hay vida. Noche cerrada, zona de mundo parado. Sólo dos relojes marcan un eco de todo lo demás. Los mato, no suenan ya. En alguna provincia del planeta alguien esculpe una imagen tallada de palabras, que dejará sobre un mueble de la casa.

Y hay otro relojdespertador vivo en la casa. Rompe el efecto maravilloso de que todo el mundo calle. De experimentar el sigilo y aspirarlo. El sigilo se puede llegar a anhelar en este mundo de ruido gratis-a-chorro. Estar despierto mientras todo y todos están en off. La hora que huele a conspiraciones, a momentos idóneos para tramar mientras nada se da cuenta.

Una alarma se dispara en esta región hiperpoblada. Nos recuerda que a tres metros de mí en cuatro direcciones hay un vecino o tres de colmena durmiendo, que todo el espacio a la redonda está trillado y todos han puesto su banderín de coche, de tienda, de perro, de casa, de anuncio, de bus.
Y si nos mudáramos de latitud a una más desierta, echaríamos en falta, como quien tiene mono de decorado urbano y ansia de expectativas aglomeradas. Existe un miedo a la agenda vacía, a ir a parar a un pueblo y ver un horizonte de tiempo destartalado. Los urbanitas si nos echan al campo nos confundimos mucho, somos ajenos a ello, llevamos los barrios y fachadas en las venas. Y nos entra un ansia porque vamos a recibir pocos estímulos, porque no hay esquinas que giren y nos aseguren más calles llenas de cosas que luego nos servirán o no. Es ir a un lugar que no tiene cartas para escoger los menús de las horas. Más que nada un país que no tiene tanto letrero que mirar para estar tranquilo que allí hay de todo anunciado.

Mi perro ladragruñe porque alguien le ha chafado en la cama. En los pueblos chirrían los grillos y parece que las estrellas se mueven y esperan algo titilando encima de la hierba. En la ciudad el hormigón sigue igual de gris, liso y frío que siempre, dispensado de cualquier función estética de por vida. Y yo me conecto con ese canal de la no ciudad sólo a partir de las 2 am del lunes contenido, la única manera que mi cabeza da línea para llegar al campo. Cuando la semana se ha rendido, la gente se dobla dormida hacia el lunes, y el alboroto se vuelve, paz, en esta tregua del hormiguero moderno.
Shhhhhhh, duerman. Buenas noches.