sábado, 30 de octubre de 2010

Montaditos metafísicos

El drama como concepto filosófico.

La eferencia dramática (expresividad), y la aferencia dramática (existencia dramática per se).

Próximamente en sus kioscos cibernáutikos.

---

Las brochetas filosóficas.

Polares de a dos, trinitarias o trifásicas, cardinales de 4. Añádele tú la cebolla o el pimiento verde.

La factorización nunca es definitiva y tiene de arbitrario.

---

[a desarrollar]

jueves, 28 de octubre de 2010

Y si por un avatar (post clasista)

Y si por un avatar, menos azul e igual de complejo que la película, mis huesos hubieran acabado en la profesion de albañil?
De ahí nacerá mi próxima novela que muy probablemente nunca terminaré.

¿Qué podría más, el espíritu minero y grácil de Antonio Molina; o la asfixia de una condena, demasiado parecida a llevar un peso encadenado a la pierna, a la espalda, a los brazos... buena parte del día ¿Cuánto redime el garbiño?

Las rendijas post-tajo ¿airearían suficiente? ¿Sería tan necesaria la introducción de más y más personajes en mi vida: churumbeles, parienta, amigos de dominó ruidoso al dejar ficha, patriotismo zaherido, y un abono al chinchón o a otro boxeador con igual pegada?

Mis predecesores o antepasados, tenían como el doble o cuádruple de posibilidades de serlo. Las mismas de un magrebí que aterriza en Espana v. 2.011.
Pero digo que debe ser pobre estancarte de albañil toda la vida. No salpimentonar los ojos con espíritu/ actitud, científica. Un poco de romanticismo al fin, pues la ciencia nace en el riachuelo del romanticismo, versus leitmotiv: http://www.noprogresar.com/ y nunca promocionar, etc, etc.

Aunque supongo, que todo depende mucho del pentium que te ha regalado el avatar. La vida son ventajismos, presupuestos arbitrarios a 30 días -o meses- de la fecha de las facturas que se cobra.
La partida del físico, la inteligencia, la valentía, las rentas en definitiva, que compensan la putada de una nariz sepultavidas o de un anonimato flagrante y absurdo, también sepultavidas.

¿Qué creeis que os sepulta la vida, con la mano en el corazón, y que os la airea y revifica?

viernes, 15 de octubre de 2010

Las tres faces de lo humano

La bestia, la frívola, y la filo-sófica...

[próximamente en sus pantallas tft]

sábado, 2 de octubre de 2010

Manufacturas

Callejuela adoquinada, colmado entrañable de madera y letrero modernista, frente a plaza de época con fuente esculpida. Transeúntes en trajes clásicos, chalecos, relojes de bolsillo, bombines y bigote. Imagen con polvo en calle, colmado y transeúntes, polvo del pasado, de la memoria, el polvo que cubre lo irreal.

Cuando paseamos por nuestra ciudad, y ella todavía contiene guiños a ese pasado, pequeñas zonas (adoquines, colmados, esquinas, callejuelas...) que al verlas, nos permiten reconstruir el pasado desde ellas, instantáneamente se forma con la imagen una punzada de nostalgia. Épocas contenidas en fósiles de la ciudad, de tiempos que ni siquiera vivimos. Esa nostalgia nace de nuestra filia humana e imperecedera a lo artesano. El pasado era mucho más artesano. Las cosas de piedra, las ropas, las luces, la urbe incluso, tenían unas manos detrás. Anónimas, pero ver esos adoquines, colmados, estatuas, es ver también unas manos detrás. El pasado nos resulta cuco, el pasado nos resulta más cercano, cercanía humana.
Los tiempos modernos, nos muestran detrás una máquina. Maldito funcionalismo. Los edificios de hoy en día son menos humanos, y más de lo otro. Es una estampa de la autoría de hormigoneras, fresas, tornos y apisonadoras. Las manos fueron cortadas.

Los que vengan detrás puede ser que tengan la punzada con nuestros edificios y calles, por ver en ellos más torpeza, y eso también es olor a manos. Pero a nosotros nos saben insípidos, si buceamos un rato por esas calles góticas, si compramos en un colmado del pasado, o si nos imaginamos esas vestimentas ingenuas y pulcras del que tiene una cita por primera vez con una ciudad. Queremos artesanía y manufactura diluidas en nuestras vidas.

Escritos en servilleta (DT)

.... ahora arrejunto. Cuando el cerebro está parturiento. Luego regreso a ese apunte, huella magmática, y brota el lenguaje apropiado. No es posible regresar a ese país de la inspiración. Pero le robamos un trozo en forma de apunte. Su postal. ...

Miniaturista y veterinario (El palpador de posts)

Podría existir una figura más allá de la del crítico de arte, la del palpador de obras.
Alguien cuya precisión fuera la del que toca, examina, huele, lame. El que se inmiscuye dentro de la obra y se confunde con ella, como un veterinario avezado.

Podría oír respirar a los escritos, porque hay un momento que se hinchan, y otros que están turgentes, redondos en sus justas palabras, en capacidad plena de ilustración. Cuando se hinchan hay algo de relleno, meandro, menos inspiración.
Y acariciría su aspereza cacofónica, o su liseza eufónica. Porque hay textos que carraspean, y textos limpios como el mármol. Hasta lisos y afortunados, como la piel de un niño.
Y notaría los textos tísicos en su auscultar, aquellos con ritmo inconstante y hasta aleatorio, en contraste al palpitar agradable e insonoro de un texto constante y fibrado.

Una figura que aspirara e inhalase los precipitados de los artistas. Que pudiese extraer un pentagrama de un texto, que destilase la musicalidad en alambique. Un animal que encima imitase luego al autor, después de haberlo sorbido, y hablase como él. Que lograse quitar todos los parapetos que representan una obra, y desnudase al autor que se esconde detrás de ella. Un noqueador de autores en diván. Un científico, animal y empequeñecedor de arte. Miniaturista y veterinario.

Un ser mitad persona mitad obra de arte. Un erudito de la nada. Un centinela de la lucidez.

viernes, 1 de octubre de 2010

Post cuatro estaciones

unoEl escritor podría ser definido como una garganta inflamada de material candente.

dosEl Último de la Fila aparte de construir canciones, construyeron cuevas en nuestro imaginario cultural, recovecos repletos de su música, grutas muy personales rasgadas, donde todo es una evocación a ellos como un estilo tremendamente personal. Fueron músicos singulares, nada incluídos en la pluralidad.

tresSi en un lugar de la Mancha lo que escribo fuera publicable, cómo serían mis lectores, y por ende, mi obra objetiva gracias a ellos, contrastada, humaneada? Pues Demoscopia se basa en el “caso Carmen”. Mi única lectora, más allá de mi novia y mi can, la que ha superado la prueba de adherencia a un blog, es suficientemente masoquista para meterse en mis grutas, tal que ella las menta de abstrusas, para mojarse los pantalones en pantanos pringosos de verdadica, postcristiana aunque no lo sepa como todo yo, con mi pluma (en su concepto umbraliano expuesto en Mortal y rosa) para Dios, tema recurrente sin quererlo, con mi defecto de predicador, de prescriptiva, y mi calado filosófico, como algo que ya forma parte de mi barco una vez ya saliente de los astilleros de la vida. Rara avis, sí, eso lo sé, rarico soy un rato largo. Mis lectores serían una minoría de extraviados y/o excursionistas, como ustedes lo prefieran. Trascendentes como el mendas, que parece usar reloj cuántico, sin segunderas ni minuteras, mi tiempo lo hago espeso.

cuatroVenenos y elixires. Me sigo cuestionando por qué están prohibidas unas determinadas sustancias llamadas psiquedélicos, y por qué mutar una pequeña parte del cerebro está terminantemente prohibido para el común de los mortales. Los fármacos mutan partes del cerebro y de otros muchos sistemas, pero ese mecanismo somático al que podríamos poner un círculo y señalarlo, no está ilegalizado. En cambio, el círculo somático en cuestión, la cascada de relaciones neuroquímicas de los psiqudélicos, sí que es territorio indio y sí que las neuronas se vuelven malvadas y dignas de régimen carcelario en Carabanchel.
CuatroBeEl tabaco. ¿Realmente es cierto que los cigarrillos contienen sustancias adictivas como dicen? Por qué... ¿Esas sustancias no caen por azar en la fábrica de cigarrillos cada segundo que una máquina produce una cajetilla no? ¿Puede ser que unos misántropos las añadan por intereses materiales no? ¿Pero eso lo supervisa el Estado en cuestión no?
Ahhh, que todo vale si en la cajetilla emplastan un cancerazo de pulmón con necrosis y como te sugieren que fumar acaba matando, no? Ahh.
Caramba. Qué curioso.