viernes, 25 de enero de 2013

Por sus locuras los conoceréis



Ya comenté que la cotización de Apple se hundiría, hace medio año cuando era analista tecnológico fortuito. Una de esas vocaciones repartidas y dispersas, que se mantienen paralelas a uno y que la crítica suele castigar en este país, pues ser polifacético está mal visto y es sospechoso.

Creo, ya con cierta distancia del Sepelio, que lo único que le ha sucedido a Apple es que Steve Jobs ha muerto. De momento, eso significa que la empresa desgaja un tercio de su valor. El Iphone channel n 5 fue una chusta. Es el mejor Iphone que se ha hecho nunca - reza el slogan -, es decir, es un Iphone más, un subgénero prudentemente evolucionado de la especie. Cuando el Iphone original y su estilización señorial en el 4, fue un hito, un especimen, una barrabasada de Steve Jobs, que se puso a imaginar primero y a forzar el diseño después, avanzándose a los tiempos, explotando a su personal, forzando a que lo imposible viera la luz. Eso sólo lo hace un loco, un visionario, una personalidad extraordinaria, para lo bueno y para lo malo. Apple ya no gasta esa talla directiva. Tiene a gente más normal y cabal. El sueño de una noche del 2000 se ha acabado.
Se rumorea en el Pentágono jocosamente, que hay que invadir Corea. El más beneficiado de la extinción del fenómeno Jobs es Samsung, el nuevo trasatlántico del panorama. Aparte de haber sacado la correcta, frágil y obvia versión quinta del Iphone, Apple ha caído en la narcolepsia también a la hora de lanzar su primer televisor. Todavía bostezan las salas donde presentan circensemente sus productos. Nada. El mundo plagado de SmartTv y Apple en la parra. "Esto es una mierda" era el feedback cotidiano en tiempos de Steve Jobs hacia unos de los mejores ingenieros del planeta. Apple palidece a la vez que se humaniza, se vuelve menos extraordinaria y monstruosa. Puede que ya no sea una empresa fenomenal, se vulgariza en resultados y decrecen los fenómenos. Apple es una empresa más normal, Tim Cook también lo es, y los nuevos productos más de lo mismo. Se cierra una etapa de la historia tecnológica que burbujeó en unos laboratorios de la Xerox.

Puede ser que todavía sea un crío o un adolescente, el nuevo lama cibernético que origine la siguiente etapa de la tecnología. Por sus locuras los conoceréis.

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