viernes, 23 de agosto de 2013

Lo mejor de Escocia es Irlanda


Escocia así de travesía me parece algo masivo, un proliferar forestal despoblado, entre estribaciones desoladas y carretera y manta. El mundo sigue escogiendo Escocia, yo soy un turista fundamentalista irlandés. Recorriendo las Highlands me vienen ecos evocadores de su isla hermana, la cual prefiero por firmes motivos. A nivel de espectáculo natural la iguala o supera, teniendo más repertorio. En términos de acogida, viene la goleada. Escocia forma parte de ese negocio que se llama Reino Unido, heredero del Imperio Británico en barrena. Participa de esa inflación de los servicios no justificada, y vas pagando aquí por respirar, allí por reservar anticipadamente, y encima entras a un pub y no tocan esa incisiva y maravillosa música irlandesa. A Escocia los señoritos de Londres iban de vacaciones cuando en el resto del planeta no existía el turismo, e iban expoliando Irlanda que es lo que han hecho toda la vida. Estas tierras proceden de un marketing aristocrático, noble, que da buena prensa para un siglo y más allá. Irlanda no ha gozado de tal publicidad, sus precios pisan la tierra, está desinfectada de imperialismo, y lo celta respira por los cuatro costados.

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