miércoles, 31 de julio de 2013

Arconada


- Mira yaya, el francés chutó y se le escapó así, rebotó entre las piernas así - y la pelota se fregaba como un gato contra las piernas, para acabar esquivándolas y causar ese primer gol en mi jardín y en el Parque de los Príncipes. Arconada. The first idol. Ángel María Arconada, Luis María Arconada, no sé, circulaban varios nombres. Uno siempre ha sabido que aparte de parar y mucho, la razón de esa elección era de tipo homosexual. Resultaba el más atractivo de los jugadores de antaño, y el niño a veces es muy maricón para sus elecciones. Siendo heterosexual, la homoerótica yace en nuestras vidas como un pajarillo que a veces canta y se le oyen silbar sus notas.

Los niños de hoy en día pueden ser politeístas en cuestiones de ídolos, tienen de donde escoger. Xavi, Messi, Iniesta, el Padre, el Hijo, o el Espíritu Santo, según gustos. En aquel entonces, sudábamos contra Honduras. El niño es una criatura fiel, no se divorcia de su primer ídolo en mucho tiempo, pese a los nuevos valores y las críticas de sus iguales. Por él, se hace de un equipo guipuzcoano y blanquiazul, y sin quererlo se le van los años y es realista jubilado ya el guardameta. Contagia a algún amigo del que uno es ídolo, se forma una colonia, pero éste no se entera de la caducidad de mis filias, y creo que aún la Real Sociedad sigue siendo su equipo a fecha de hoy.

Las dos únicas ligas de un equipo de Donosti, titular indiscutido en la selección española, llega a la gran gala de su carrera esa noche en Paris en plena final de una Eurocopa. Aquella noche miles de adultos pusieron fin a la carrera de Arconada. Su tropa de niños, explicamos a las abuelas con detalle la desgracia, intentando entenderla, aspirando todavía a detener esa pelota macabra en alguna repetición. Luego sí, nos esperamos a que Luis Miguel terminase su carrera, agradecidos, para olvidarle con dignidad. Y si quieres ahora te volvería a explicar cómo la pelota se le durmió entre las piernas.

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