sábado, 11 de mayo de 2013

2012


Disfruté mucho leyendo la biografía de Steve Jobs, casi me hago ingeniero. Eso fue en 2012, un año que ya era colono de este delta, año ya 100 % gavaniano. No me había arrancado a escribir, no había llegado ese día postrero de octubre en que se me empalmaron las galerías umbralianas. Tenía en la despensa una quincena de libros suyos almacenados, hasta que explotaron.
Pero fue un año de mucho iphone, de mucho ipad, miento, la niña vino después de la lectura de la biografía. Estaba muy al día, leía el País varias veces al día, ese diario que nunca he pagado. Me buscaba. Tenía oleadas de ingeniería electrónica, yo a mis 35, rezagado, marejadas de física cuántica, sondeando, siempre en caladura vecina a lo extremo. Megalómano, una vena sí.
Me doy cuenta que Gavà son mis estores. Las cortinas translúcidas que modulan la luz de mi alrededor. Hoy por hoy son la portada en el archivo cerebral y fotográfico de mi sitio.
Me desplazaba ese año por mi vida - y mi estepa de los 30 -, montando estos caballos con antifaces, que sabían que sólo eran transbordos: cabalgadas de tecnología, actualidad, física cuántica... Fue eso, un año de transbordo.

2013 serán ya unos paseos, un labrado de textos, una lírica, y una crónica del tiempo.
Decía que esta primavera alcanza lo caótico, demasiado lábil, quebrando la cintura de las hormonas. Apenas nos ha calado la trompeta ereccional y solar de la primavera, tan aguada. A una primavera mediocre se le suma un invierno siempre desagradable, por lo que nos están jodiendo el año. Quiénes? Ellos, son ellos, los de la niebla de la tele de los ochenta, los padres ingenieros de los políticos de hoy, todo hace cuadrar el mantra nuestro "hijos de puta".
Pero hay que confiar en la esfericidad del devenir. El año climático cumple la esfericidad, se acaba autocompensando siempre, va a venir un verano con sintonía celestial, fresco y caluroso, hasta el frigurón vuelve del exilio. También nos reconciliaremos con la política, tras una guerra sí, pero tras la cruento vendrá lo bonito y una regeneración traumáticamente bella.

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