miércoles, 12 de septiembre de 2012

El 12 de setembre




No existe la identidad pura, nadie ni un colectivo es 100 % algo, sino que puede haber un 30, o 15 % de oposición a algo, de resistencia, que configura la identidad como ser un no-algo.

En Catalunya las cosas han cambiado, y tarde o temprano el resto de España irá cayendo en la cuenta. A más resistencia e indiferencia hacia el proceso de Independencia, más se fortalecerá, más crecerá la identidad, en ancho y alto.
Catalunya de alguna forma ayer se cuadró, y el rumbo parece estar tomado. El partido político líder en la historia contemporánea mudó su posicionamiento, y ya no da entrada a ningún modo españolista.
Esta mañana Artur Mas realizó una buena rueda de prensa en el 12 S, el día después. Para empezar sintetizó los 30 años que nos preceden, la etapa post-franquista, autonómica, pujolista: habló de un trasvase constante de energía de Catalunya hacia otros territorios de España, una generosidad para hacer de España un Estado más fuerte y capaz, que a cambio sabría corresponder las aspiraciones nacionales de Catalunya. Al no cumplirse este retorno, hemos llegado a esta nueva fase.
También ha relatado que debe tratarse de un proceso normal. Nada más allá de una independencia normal. Un proceso con paso firme, tranquilo e imparable, por las diferentes etapas del camino. Una gran mayoría de Catalunya está decidida a realizar todos los pasos complicados para ganar metros y metros al proceso soberanista, y sin prisas, se recorrerán los años que haga falta sin dar pasos atrás.

Claro que nadie garantiza la Independencia de Catalunya, ni hay fecha ni embajadas todavía. Pero ayer la gran mayoría empezó el viaje, todos se subieron y millones de personas caminan en la misma dirección, nada más ni nada menos. Habrá nuevas elecciones, Ciu y Erc deberían sumar más apoyo, el Psc debería secesionarse primero, pero dentro de estos pasos, el Parlament debería declararse independentista por mayoría, lo más amplia posible. Eso sería una oficialización de lo de ayer, una legitimización democrática.
Entonces, en España dirán Nanai. Recordemos que cuanto más desagradable sea el no, o más falso, más crecerá esa identidad por oposición. Y que hablo de posturas moderadas, dentro del independentismo hay gente mucho más radical que quiere la independencia mañana sino hoy, a aquellos a los que Artur Mas se refería implícitamente con un nada de dramatismos, esto es un proceso natural.
Pero ya es un debate diferente con Génova y Ferraz, porque hay unos cuantos millones de catalanes en la interlocución. El clima, el secarral españolista, debe cambiar. Año a año se ha de producir una pedagogía para que las caras de asombro cedan cada vez más a comprensión. El debate se debe ir ganando. Se ha de recurrir a organismos e instituciones europeas, mundiales, se ha de ganar sim-patía con un proceso que tiene mucho de natural y poco de bélico o encaprichado. Euskadi avanzará, a su manera, en otro proceso paralelo, y sumará argumentos. Al final, autoridades de ámbito europeo y mundial se pronunciarán a favor de Catalunya. Si se ha ido ganando terreno, independencia fiscal, diplomática, educativa, al final España verá el pedazo medio roto y es más probable que lo deje ir, o que intervengan arbitrajes. Y mucho dependerá de la ejemplaridad de la sociedad catalana y de sus líderes. Però el camí a Ítaca, l'esperança de superar una història tacada de submissió, sang i injustícia, el somni d'assolir tot el que els catalans de la història han lluitat, i han sigut conquerits o subjugats... ha sigut encetat i portem a les nostres esquenes una nació de milions de persones vives i milions d'ànimes històriques.

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