Benito Lopera Perrote

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Este post también se podría haber llamado La sopa mágica. Empecemos por el principio.
El big-bang, no, el sábado por la mañana. Me fui a la playa de NY por la mañana y a ver a los Nets por la tarde. La playa, con mar, arena y moluscos, los Nets, aburridos y menos malos que los Sixers. Vicente?

Vince Carter o Vicenç? Porque he visto más al primero que al segundo. Aunque Vicentes y Ramones había muchos ayer al mediodía por el boulevard Roosevelt. En el transbordo del bus de la playa a la línea 7 elevada, en Jackson Heights, exploré otra isla de NY. Tiendas, restaurantes, gente de todo el cono sur y centroamérica a lado y lado de la calle, esta vez la zona sí que era super-hispana como dicen las guías. Un mini cono sur en Queen´s. Comí en un mejicano y I will come back.

Pero hoy domingo me levanté con el riñón izquierdo. Demasiado pronto, con frío en la calle, desanimado, y los cereales se habían acabado. Paseé un poco, dormí un poco más, estuve por la habitación, vi la tele... un día de canes.
Después de ver como los Suns ganaban de paliza a los Mavs, me fui a dar una vuelta. Un acupunturero me dio un masaje Qi Gong en un sitio, que parecía muy científico y me decidí a entrar. Algún día volveré a probar la pendiente acupuntura. No estuvo mal.

Entré a cenar a un oriental del barrio y entonces apareció la sopa. Una sopa de pastel de pescado y verdura que hervía como una mala perra (odio las comidas tan calientes). Pero fue tomarme la sopa y subirme el qi gong a la cabeza. Curó todos mis males. Llovía por la calle, hacía frío, pero el spanish guy iba caminando feliz con toda esa temperatura que se había metido en el cuerpo. Parecía un dragón porque con el frío podía sacar todo el aliento blanco por la boca que quisiese. Así que ya sabéis, el colacao, los jack daniels y la norcilla han sido básicos para ser unos campeones, pero a partir de ahora el pelotazo se llama sopa china de pescado y verdura hirviendo, qué subidón : ).

Por hoy lo dejamos aquí. Están pasando cosas dentro mío y no son los anacardos que a veces como. Tarde o temprano acabarán de precipitar y os diré de qué color es el precipitado. No es nada malo, ni tiene que ver con el -a eme o erre- (mi talón de aquiles), así que no hay nada de que preocuparos, simples procesos de higiene psíquica.
Muchos besos y algún que otro achuchón, the spanish guy.