martes, 17 de febrero de 2009

El síndrome XXL


El escritor se apoya en los escollos anti-inspiración que le rodean, necesita mentar el ruido del motor de la barca, el zozobrar de 40 km seguidos en bote, y así exorcizarlos en el papel. Y asumirlos. Sin esta muleta no se puede proseguir.

Escribo en una especie de furgoneta fluvial del Amazonas, o llámese el destino demasiado vasto para un homínido. Aquí todo es gigante, un territorio más allá de la XXL que no se ajusta a nuestro transitar bípedo o fluvial de talla S. El Amazonas viene grande.
Habría que vivir en él, sobre él, un lustro para empezar a tomarle las medidas.

Uno fantasea naufragar en este bote y hacerlo concreto, suyo, no quedarse en el mirador de una cara del icosaedro. Lo más revisto son metros cuadrados de agua y de cielo, como en un océano, y es que el Amazonas tiene mucho de océanico.
Manaus no es para nada la idílica ciudad selvática y romántica que uno preimagina. Es una metrópolis. Con más edificios altos que Barcelona o Madrid. Con 2 millones de habitantes.

Y así uno se da cuenta de las medidas tan humanas del turismo en Costa Rica, el 1/10 de España con 40 Parques Naturales, más playas y volcanes, país abarcable y sorpresivo como una feliz caja de bombones. Tan selvático San José y el resto del país montañoso-tropical, sí viene a ser amazónico de veras, verificado desde aquí, madre de selvas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jo, que pena que un lugar que podría ser excepcional se haya metropolizado hasta el punto de perder su esencia...
Por el contrario me estan cogiendo una ganas bárbaras de ir a Costa Rica a perderme un tiempo...
Quizás ese paseo por el amazonas si que és el hábitat natural de esos yankees que pasean comiendo chicle, no debería pero los humanos transformamos las cosas hasta el punto de que a veces pierden el encanto y pasan a ser otra cosa, muy diferente de lo perimaginado...
Igualmente seguro que sabes sacarle lo mejor a toda esta aventura...
Besos desde Barcelona...

Anónimo dijo...

Yo me conformo con mis trigales mecidos por el viento, y las montañas en el horizonte...
El cielo está cerca, podremos tocarlo, allá...
un cariñoso recuerdo, jordi!