miércoles, 4 de febrero de 2009

Carta a mi mujer, Francisco Umbral

[...] El coche, el citroen, el viejo citroen GS, el coche que ya no usas, el viejo coche, María, como habrás ya comprendido, no es otra cosa que yo. No una metáfora de mí, no una imagen, sino yo mismo. María, yo mismo, que he venido a encerrarme en un cuadrilátero de sombra y sosiego, cansado de ciudad, por destilar en silencio el aceite pesado de mi prosa y mi muerte.

El citroen y yo nos parecemos, reconoce que nos parecemos. Estuvimos de moda y nos han superado otros modelos. El citroen no quiere competir y yo tampoco. No sé si te enteras muy bien, María, de lo que me pasa por dentro, porque yo sigo escribiendo todas las mañanas, entre el jardín y el alba, en mi máquina roja, obsequio de una novia treinta años más joven que yo, y cómo acabó aquello, ya lo sabes. Hago mis artículos, mis colaboraciones, ejerzo mi profesión de escritor que "escribe bien", llevo treinta años vendiéndole palabras a la gente, nunca creía que se pudiera vivir de eso, de vender el diccionario por piezas, y luego trabajo en libros como éste, un poco líricos porque no tengo otro lenguaje, no porque me guste, y bastante confesionales, espero, porque sé que escribir es siempre volverse del revés y, sabiendo esto, he renunciado a toda clase de prótesis argumentales, que son las de los novelistas de moda que se limitan a seriar sus pulcras redacciones. Redactan novelas, amor, hoy en España se redactan novelas. Juan Ramón, más cruel, decía: "Guillén está forzando un nuevo libro". Yo sé que los fuerzan, pero prefiero subrayar que los redactan, porque redactar es todo lo contrario de escribir. Hoy se llevan esas minuciosas redacciones, sin una sola intuición verbal. Vaya una mierda. [...]

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, que gusto leer a alguien que escribe así. Me gusta mucho lo de vender el diccionario por piezas, el caso es saber elegir bien el orden de las piezas. También me gusta la idea de que redactar no es escribir, y lo de forzar otro libro es la actividad a la que asistimos permanentemente. Menos mal que están los blogs para leer lo que la gente escribe.
Para forcejeos hay otros sitios. Buenas noches compañeros Paola

Anónimo dijo...

Aprecio cómo escribe pero no me convence, y no sé por qué. Me pasa desde siempre y es algo sin argumento, puramente instintivo. Lo rechazo. Me pesa él más que lo que escribe, y cierto que escribe como le da la gana. Pero me apetece decirle: oye, y qué que escribas bien, no me gustas para mi excursión. Creo que no basta con ser un artista de las intuiciones verbales. No....

Bárbara dijo...

Me parece genial este pasaje, aunque creo que esa forma de escribir que tan magistralmente cuenta y pratica, sirve para algunos géneros, para unos diarios o un libro epistolar. Para el resto, normalmente hay que violentar, no hay más remedio, levantarles las falda a las historias y hurgar dentro, aunque sea con aparente espontaneidad.
El tema de lo metaliterario, de el hecho de escirbir me resutla siempre apasioante.
Y te entiendo Carmen, había algo oscuro en Umbral.
Besos por doquier.

Anónimo dijo...

Bárbara, excursionista!Pero qué superlistos son mis compis. Ay madre!!!!

Bárbara dijo...

Jajaja, Carmen, yo muy lista con la mecanografía ya ves que no soy, no dí una tecla a derechas...
¿sacamos ya la tortilla?