jueves, 13 de noviembre de 2014

El lenguaje o aquel dispositivo llevado desde los tres años


Umbral fue columnista o lingüista. Porque él hacía tratado del mundo a través y sólo del lenguaje. Tenía esa aversión o pereza de los inteligentes silvestres al academicismo, incluso de coger libros para versar de un tema. En parte creía y sabía que el lenguaje ya contiene las soluciones a un problema político, si se le sabe exprimir. Él hacía retratos con palabras y pese a no aportar soluciones, ni ser político o sociólogo, dibujaba la instantánea de asuntos y embrollos de una forma tan perfilada donde la solución era fácilmente desprendible. El lenguaje cirujano como ilustración y desvelamiento, nada diferente a la poesía.

Y de las heridas brota literatura. Curiosamente hoy, apaleado por el trabajo, duplico producción escrita y ya viene siendo una constante vital. A la creación literaria me la aparco cuando el trabajo titular me funciona, y luego sale como suplente ejemplar a trotar cuando hace falta. Me encantaría que un día le discutiera la titularidad y se cambiasen las tornas. Es ya casi un deseo, y según Trueba:
"El deseo trabaja como el viento. Sin esfuerzo aparente. Si encuentra las velas extendidas nos arrastrará a velocidad de vértigo. Si las puertas y contraventanas están cerradas, golpeará durante un rato en busca de las grietas o ranuras que le permitan filtrarse."
Me lamo las heridas y soy mi yo perro y básico y ancestral cuando escribo.
Al fin y al cabo pocas cosas hay tan primitivas como escribir, pocas cosas contienen tanto a la soledad y la nada.

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