lunes, 10 de noviembre de 2014

10 de noviembre


Los humanos, hasta los más autosuficientes, hacen nido. Sus alas imaginan otras vidas paralelas en latitudes diversas, pero para ello es preciso desmantelar un presente estable y operativo. 

A los escritores jugones les gusta producir olas en sus párrafos, corrientes de aire, idas y venidas, batiburrillo de sartén, que en la física de la escritura no es más que la magnitud creativa de la aceleración. Así el escrito cobra más vida, con un quiebro, una finta, una verónica, es también como una pequeña exhibición de fuerza, de que se es malabarista de las ideas por parte del autor.

A falta de grandes vanguardias en décadas, la más destacada es estrenar clima después de siglos. Como en la Gran Glaciación pero al revés, tenemos una realidad diferente que es el Nuevo Frío. Cuando nuestro clima no era californiano, hasta la literatura de aquellos inviernos recios era otra. Incluso la industria del Turismo va a tener que reinventar su oferta, y un noviembre primaveral o un diciembre en mangas de camisa, ya pueden ser nuevos reclamos para un Bilbao tropical o una Barcelona canaria.
Yo celebro este frío benigno y generoso, pese a que todo se dirija al garete. Si los yankees pasan de Kyoto poco más se puede hacer, quien tenga ojos que mire.

Y sí, hoy es 10 de noviembre, el mismo amor la misma lluvia, y un país diferente. Los catalanes tenemos que votar de mentirijilla y no nos pasa nada. Al final, obstáculo a obstáculo, el proceso es una demostración al mundo que somos diferentes, como si esto fuera una prueba de identidad, y una tranquila y madura afirmación colectiva frente a la negación. Va a resultar que en la Península sí hay una Galia ejemplar, un pueblo que va a acabar siendo admirado en Europa y en el mundo, y que va a hacer una Declaración Unilateral de Independencia con una sonrisa radiante y pacífica en la boca. Ya vislumbro las fiestas, las celebraciones por calles, plazas y casas, en que las cosas se harán a la catalana, invitando y abrazando a aquel vecino facha, extinguiéndose aquel rencor atávico a Franco y adláteres, en forma de humor, y extendiendo ayudas post-independencia a regiones de España que lo necesiten. 
Els catalans que ahir vam anar a votar som els catalans d'Ìtaca, aquells pioners que van creuar un sender de la Història fins a arribar a un Estat, i com ens sentim així l'orgull de ser català és innegociable inexpugnable i etern.

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