lunes, 27 de abril de 2009

Fenomenología del jineterismo 1/4

Me pareció vivir en un teatro de marionetas, en el cual yo me había convertido en protagonista. La Habana funciona a veces como un auténtico escenario en espera, expectante a que un guión coral se active en segundos, y automáticamente se represente el teatro de títeres del jinetero. Es una obra largamente ensayada y testada. Existen versiones oficiales, bilingües, más líricas y propias, pero es un género de vida con estructuras compartidas.
El nuclear ¿cuánto tiempo hase que llegate a Labana brodel- es una palmaria crítica que haría como asesor de embaucador. El mal jinetero la usa como un comodín barato que es detectado por el turita a la plimera de cambio. El hacer sentir unas zarpas imaginarias al acosado yuma, tampoco es que sea un gran estado evolutivo en el terreno de esta ingeniería, la del atraco apalabrado.
Los jines, las jines, deben reírse compasivamente en sus casas, de la panolidad y pardillez de muchos extranjeros conocidos en su profesión diaria. Ingenuidad con la que saben que son ellos quienes se las van a comer dobladas, por lelos sociales. Puede ser que el bajo nivel de recursos creafalsedad de los jineteros se deba a este otro bajo nivel hermano referente al umbral tetomoelpelo de los turistas.
Es decir, se repiten subnormalidades al tratar con esta profesión, del tipo -oye hermano, te llevo al buenavita soshial club del barrio, -vente epaña, a la casa de la música de eta calle -padrino amigo, yo se dondetá el fetival de la salsa. Usease, según el gremio jine-tero nos salen 21 festivales de la salsa semanales, 16 casas de la música diaria, y 32 buenavistas social club sólo en el centro de la Habana. No, así vamos mal. Tenéis más talento como para vivir de la perogrullada, o no.
Obviamente en Cuba no todo el mundo acaba siendo jinetero. También hay gente legal y de bien, con su trabajo, y su educación y valores de no faltar a la verdad como el que falta a la taza de water cada vez que la acomete.
Ayer justamente ya nos tocó la china de que encima era locutol de radio, y según él, escritol. Escritol de papeles de wc discúlpeme. El rey de la papanatez se llenaba la boca de retórica de niño de primaria, usando palabras largas, espirituales, minidiscursos estúpidos mostrando su afecto infinito hacia nosotros, filípicas de bar del tercer mundo, a la altura de su jefe de Estado bananero. El muy hijodeputa era el dueño del teatro de marionetas de aquel bar, y se permitía lanzar un -"los españoles están dentro de mi corazón y mi destino, padrinos", con un atizar el acoso jineteril tras la última palabra, en un papel de poeta proxeneta lamentable.

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