sábado, 7 de marzo de 2009

Filogenia y táulide (post multiforme)

Titulares del semanario JSL:
Amanecer madrugador de sábado, gruta del tiempo extraña recubierta siempre de sueño. Entonación anímica negro-metálica, como esas canciones B de Amaral que suenan y ni gustan, ni aborrecen. Días sin escritura del que aterriza en medio de la semana de viaje largo y se reincorpora al carril del marinero en tierra. Existencia mutada notablemente, pues se cuelgan en el perchero kilos de solitariedad, y transcurre una era de compañía, de vida con.

Bajo una mirada escrutadora y vacía de mi perro, inquisidora de si salimos, sinsentido de su intensidad, pero a la vez humana como sólo la naturaleza diseña mariposas y trilla los gestos y las emociones que van a parar a la senda humana, lejana de otra senda evolutiva más destructiva de aguijones, veneno y fiereza... decía, que bajo esa mirada que obviamente mi perro ya no aguanta, tras este cavilar de minutos, quería arrancar este post voluble hablando de sentido y absurdo.

No obstante, se parió otro tema sustancioso a medio prólogo sí. Porque bien mirado la evolución, la filogenia, sí que ha ido trillando sendas, o medios, que son caminos a desarrollar bien en lo humano-artístico-belleza-perro, bien en lo destructivo-consumista-expolio-serpiente. Tenemos ese bifrontismo de la existencia, bajo el imán de la supervivencia, de necesitar una senda artística o bien una agresiva, con toda su gradualidad; al igual que hacen las especies. Entonces, por suerte, la ciega evolución, aunque nunca un ciego tuvo tanto tiento y eficacia, no ha validado el mundo como un hogar sólo para la fiereza del cocodrilo y el veneno de la serpiente, el arte y la cultura también existen, y son válidos para sobrevivir. Alegrémonos.

Pues bien, me acordaba ayer de las típicas salidas nocturnas de ocio que hemos hecho los chicos postmodernos desde los noventa hasta el 2009 y más allá, de las innumerables veces que nos hemos apuntado a ese carro social, ese tinglado de alcohol y discotecas, un evento que pretende curar entre un oasis episódico necesario - como una eucaristía semanal romperutinas - y una estéril búsqueda de otra cosa, que se debate entre sexo, lo trascendente, diversión, amor, escape y vómitos. Un mejunge a descifrar es lo que depositamos inconscientemente en esa cruzada de años. Pocas veces estas salidas no son artificiales, montadas. No se da el quedar con amigos y que vayan cayendo cervezas como quien acompaña la velada y el preciso calor, luego el unirse de otros colegas del pueblo, y la aparición de la música espontánea, el baile, el jolgorio, la conversación, el volver a la cama. Esta es la fiesta espontánea, la fiesta pura, que pocas veces se da en las ciudades de millones de abejas, porque fiesta también es un concepto filosófico.
Lo normal es alinearse en una parafiesta, un programa aprendido, con reducidos acompañantes + ingesta de alcohol más bien forzada, provocación autónoma de desinhibición, y final drogado en negocio de ocio con más drogados a la búsqueda selvática de ese amor-sexo-vómito-diferencia. Hay que decir por último que en las chicas es algo diferente pues siguen aceptando machista y tristemente su inferioridad, en el cortejo sexual en este caso, sin variar un ápice casi la herencia de la filogenia.

Pues bien, no ha llegado aún el post sobre sentido y absurdo, sobre como la vida es un cuadro mayoritariamente a brochazos de simpático absurdo, pero con pocos trazos finos más indispensables de sentido. Apareció antes (o después) un espontáneo en el foso, trillando sobre filogenia y táulide y arte-veneno, se asomó luego el ejemplo-raíz que provocó la idea del cuadro sobre el sentido y el absurdo. Mañana más.

4 comentarios:

Porerror dijo...

Difícil post (ya que va más allá de lo obvio) pero muy interesante.

Me ha gustado lo de "tinglado de alcohol y discotecas", y además siempre pensé, como tú, que la botellona semanal tenía algo de rito, ¿por qué no de eucaristia? como dices.

Un saludo.

P.D. Ya explicarás el título de este post!

elnaugrafodigital dijo...

Si, ya me lamenté en su día de algo parecido, de ese tinglado de copuces, de amistades cimentadas en alcohálemenes, de artificio hecho vida, que deja el agridulce sabor de no haber hecho gran cosa, ni tampoco habernos divertido tanto, un grato sinmás sostenido en el tiempo. Al menos era lo que creíamos que habia que hacer, y lo hicimos yo, al menos, con ilusión vital.

Anónimo dijo...

Jordi, bienvenido a la vida de cada día...
Ayer veía un espectáculo grandioso: Oreca Tx.( NÓMADAK TX ZUZENEAN) .
Grandioso porque incidía en lo más recóndito de nuestro ser. Un espectáculo de txalaparta, de luces, de vídeos con escenas de viajes a culturas antiquísimas de este nuestros viejo mundo.
Acurrucada en mi butaca, abrazada en sentido figurado a todos los que contemplábamos lo mismo, pensaba como tú: en el arte y en todas las manifestaciones humanas que nos elevan, que nos lanzan al absoluto...
y por contra, pensaba en la mezquindidad, en la violencia, y en ese "pasar por la vida" con el botellón como horizonte( nunca lo he llegado a comprender) que acaba entre vómitos y luces que se pasan rápido y dejan ver lo pequeño, lo reducido. Y como todo está estudiado, dejan...
con el deseo de probar algo más.
Y en la siguiente probatina vuelta a engañarse. Porque los que viven de los horizontes engañosos, se forran de dinero a base de vender pedazos de cielo caducados....


Y lo de las mujeres y el sexo es para una larga conversación, pero desgraciadamente has dado en la diana, un disparo certero. Se usa y se abusa y encima sin cortejo...
Muy buen post!

Jordi Santamaria dijo...

Porerror, gracias, aquí se intenta habitar lo años luz a la topicidad. El título alude en juego al "Ifigenia en Táuride", el nombre de una ópera que se me quedó impreso en la memoria de la asignatura de música del colegio, por semejanza sonora, nada más.
Lo litúrgico parece menos evidente en la modernidad, pero háylo, y hasta troquelaje de los patos. Saludoss

Eduardo, nunca un grupo de amigos se desvaneció como castillo de arena, que el que experimenté en esas noches de copuzos, una pena, un abandono. El ocio juvenil es cierta lacra de los países desarrollados, de las urbes enormes, del individualismo necesario de esta fase de la cultura.

Y Carmen, no obstante es lo que hay, los jóvenes más ricos de la historia de España, con los mayores avances hasta la fecha, naufragan como todas las generaciones también con la mayor complejidad hasta el momento. Es una historia revivida, esta vez de ricos aislados e ingenuos.
El gran puzzle de la comparación de género, hipercomplejo, y simplificado demasiado en los medios, da para un largo debate y trabajo. Normalmente nos lo ofrecen girado del revés, gracias por no tomártelo a la ligera, y esperemos ver en el animus/anima junguiano luz esclarecedora para este asunto de la raíz de lo vivo y humano. Suerte en Madrid! :)