miércoles, 31 de marzo de 2010

Enamoramiento del mundo

No sé si se segregan los mismos líquidos cuando estás admirado de una persona que cuando te admiras de las demás cosas. Cosas como aprender algo nuevo una vez más y acumular sabiduría, cosas como encandilarte con el mundo, con la naturaleza apabullante, con la psicología escondida de las cosas. No sé si enamorarse del mundo, de una manera paralela e intercambiable, significa y vale exactamente lo mismo, que enamorarse de una persona. Podría hasta ser una justificación de la no vinculación permanente con nadie, vamos, casi hasta del picaflor. "Yo me enamoro cada día del mundo, no me queda tiempo ni espacio para enamorarme de personas, al menos de forma perdurable".

Pero sí que es chocante que en el fondo el cerebro acabe segregando las mismas sutstancias cuando nos admiramos de un alma que del alma de las cosas, pero que "enamorar" sea un verbo restrictivo, no usado día a día para hablar de nuestra relación estético-afectiva con el mundo, y que se hay circunscrito al ámbito de la persona, y de la pareja.
¿Y qué es un científico apasionado y absorbido por la naturaleza, un símil de Oliver Sacks, soltero, científico 20 horas al día, y alejado de coordenadas de las esferas románticas del enamoramiento de personas del otro sexo.

Y tampoco es asexualidad, esa a- es demasiado fuerte, sería más bien parasexual. Que transita caminos cerebrales paralelos pero con objetos externos distintos. Hay enamorados de la estructura de los insectos, del refinamiento de hidrocarburos sintéticos, de las variadades de malta para el whisky escocés, son como felices picores que tenemos que cuando son saciados con saber, llegan a las lindes de estar colmado de satisfacción y paz, algo no muy distante de una obra maestra llamada felicidad.
Hay enamorados del mundo, claro que los hay!

3 comentarios:

carmen dijo...

J,arrive, ma chrère amí. Je suis aussí en amour avec tes pensèes...Tu sais bien.
Mi niña está en la clínica para dar a luz y tu escribes esto tan bonito y me hablas en francés. Qué regalo, amigo.( esa intimidad no la pongo en mi blog, sólo aquí la comparto)
Los trigales os esperan

El que todo lo sabe dijo...

Que pena que la tengas tan pequeña y regordeta. La chorra, digo. Y que no se te levante.

Jordi Santamaria dijo...

Eres una mierda de escritor Eduardo Laporte, aquí y en China.

[y un cobarde con mono de rinoplastia encubierto y refriegue con neopúberes de 20 años paravioletiles]