martes, 12 de mayo de 2009

Yo no escribo mi obra...

Muchas veces la palabra vez encabeza el demarrar de un escrito, es una muletilla temporal más de la cual zarpar la imaginación. Otras tantas, al menos en mi caso, hay una idea inspiratriz apremiante, que pide crecer inapelablemente tras ver la luz en la cabeza. Es una necesidad, le va la vida desarrollarse y extenderse rebozada en palabras. No somos tanto los agentes de nuestra obra, muchas veces, sólo somos un transmisor del mundo, un contenedor donde se mezclan miles de experiencias, y ellas mismas fraguan y acaban hablando por nosotros. Y ellas mismas se entuasiasman al verse como una criatura especial jamás contada, y quieren hacerse mayores. Son como renacuajos llenos de vida que se saben grandes criaturas. Un buen autor sólo narra a veces lo que le pasa por la cabeza, se ha de preocupar de vivir y llenar la despensa, que todo se acaba formando solo. Y no cuesta hacerlo, es como mear; encender el transistor y ponerlo en su frecuencia para parir palabras.
Hasta no está del todo mal cambiarse el nombre y mundificarlo, llamarse Radio Santamaría o emisora de palabras 17/01/77, creerse menos importante y agente, menos responsable de la grandeza o la miseria de la obra artística de uno. En el fondo es el debate de "hasta qué punto tenemos un Yo", si al 100 % como se cree, o rebajado al 53 % o menos como huele y como Hume blandía. [Hasta en los empiristas hay creencias e ímpetu de ideas, ningún filósofo construye sin oposición a otros].
Sólo tenía apuntada la idea inspiratriz como arranque de un futuro post, ese picor que provoca un escrito. La no agencia de una obra vino por contagio creativo. El ánimo para ponerse a escribir vino de una visita postergada al statcounter, buen acicate. Sigo creyendo que sólo tiene sentido escribir cuando lo haces destinado a alguien, si no es hablar solo, predicar. Escribir por escribir es maquillarse y gustarse durante horas ante un espejo, muy de psicoputo. Señores, aquí el herrero forja metales para la arada, el panadero hornea panes para los colegiales, y el frutero distribuye viandas para después del currele. ¿Puede el artista currar para los demás o creéis que hay obras equiparables a una autofelación crónica y consoladora para el Ego de uno?

3 comentarios:

Mònica dijo...

Me gustan los post espontáneos y supongo que son la consecuencia de esa necesidad de las ideas de crecer y ser contadas, no me gustan los post forzados, esos en los que el autor nos explica que el jamón ha subido dos euros sólo por escribir algo y demostrar que sigue ahí y que es capaz de escribir 10 post semanales.
Esta claro que escribir debe hacerse para alguien, pero a veces es mejor que sean pocos y de calidad que una gran panda de seguidores que te comentan sin haber leido ni siquiera el post o almenos esa sensación da la visita a algunos blogs por la red.
Encárgate de vivir y de que esas ideas sigan dando guerra y sigan queriendo crecer.
besos

elnaugrafodigital dijo...

Qué tal el nombre de Haydée para tu próxima hija?

carmen dijo...

Yo solo creo en escribir- para.
Y me parece bueno que exista una dialéctica, porque tesis-antítesis-síntesis.
Somos hegelianos!!