viernes, 4 de mayo de 2007

Las hermanas de Vicenç no son tontas



Tired, cansat, fatigué, moe, müde, stanco, cansao. Así me pilláis hoy a las 21 h, a punto de game over. Me levantaron a las 2 y las 5 la nevera y el teletienda nocturno del vecino. Pero hoy ha sido un día redondo como un Bagel. Trabajé para la oficina, sumé unos dolarillos, me fui a la playa y me bañé por primera vez en estos cálidos mares, volví a conectarme, el mercado acabó genial, y entonces me fui a alquilar una bicicleta y alee, a visitar Miami Beach (ya que yo estoy sólo en la parte sur de esta isla-barrio, en South Beach).

Y Miami me sigue encantando, y seduciendo. Me dejaré muchos añadidos a esta filia recién nacida, muchos detalles a sumar que hasta olvidas contar, como la curiosa selección de canciones que oyes al pasar los cafés, tiendas, hoteles, realmente original y muy bien escogida; o que tienes mil cosas más en la península de Florida, el parque natural de los Everglades por ejemplo (al que seguro voy y veréis fotos) o las famosas Bahamas a sólo media hora...

Pues eso, cogí la bici, la cámara, y de reportero Gustavo bicicletero, con fotos ya colgadas en flickr. Sensación de libertad entre tanta belleza pedaleando, paseo marítimo de madera, giras a la derecha, y oh-sorpresa, un canal espectacular, como el de las pelis, con casas de ensueño en la otra orilla de bisbales, sanzes y chaquiras. Pues para allá tiramos, y entonces ves como deben hacer las urbanizaciones en el cielo. Urbanízame Hawai y tienes lo que vi. Mejor ver las fotos. Ya sabéis que tiro de mi radicalidad cuando digo que por qué se juegan otros partidos todo el año que no cada semana un Chelsea – Barça, que por qué se siguen los partidos cuando Navarro está en racha y no se paran ya, y también me pregunto por qué la gente vive en otros sitios en el mundo que no sean Miami. Uno de mis axiomas en la vida a partir de ahora es el gracioso “las hermanas de Vicenç NO son tontas”. Las dos han venido a parar a vivir en Miami, de una buena manera, y eso dice mucho. : )

Para celebrar el descubrimiento de un habitat muy afín a mí... cheeseburgers de autor y helado, paseo por la calle comercial (mall de Lincon Road) de South Beach, y para el hotel a contarlo. Los ojos se me cierran, y la piel sigue a la plancha, pese al aftersun... pero más sensación de verano en el cuerpo, : ). Mañana intentaré acercarme a Coral Gables y Coconut Grove, más lujo. Todo Miami sigue conmocionado por la detención de la Pantoja, y me han dicho que en Kiev no salen a la calle por ello. Amén.

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