Si miramos la etimología de economía - oikos + nomos - nos encontramos que viene a significar llanamente "las normas de la casa". Como en toda buena familia casera, hay en la economía muchos gritos, ritos, secretos, irracionalidades, y comuniones de la niña.
Nunca he sentido nada de atracción por la disciplina, pero da la casualidad que trabajo diariamente en su ojo de huracán, y pese a no querer seguir sabiendo mucho, uno la ve pasar por delante día sí tarde también. La economía es una histérica. Tiene una fijación obsesiva por lavarse compulsivamente inflación y crecimiento a diario, y a cualquier mínimo desvío de un dato indirecto se disparan alarmas en forma de titular sensacionalista. Pero la economía también es una niña. Puede escuchar o no la realidad según sus caprichos. Puede hacer oídos sordos al dato más trascendental, y regodearse de atención hacia un dato nimio y don nadie. Los verdugos de esa verdad son los analistas, aquellos meteorólogos del día después que anuncian la lluvia pasada, los mayores literatos de lo Implícito apoyados en su silla de ruedas argumental: el mercado ya había corregido, el mercado ya había interpretado. A cualquier verdugo que da tajazos a la verdad y sale inmune silbando y con sueldo, al menos se le tendría que hacer un comentario delator en un blog intelectual y de moda como este (bromeo, por lo de delatorr).
De esta guisa, hace casi un año y medio que sigue abierto el sainete llamado "crisis de las hipotecas de alto riesgo". Punto uno, no hay ningún misterioo en que se produzca una crisis cuando la totalidad de bancos en USA se ceban invirtiendo en hipotecas de alto riesgo. Wall street es a veces Sesame street, sabemos leer?
El motivo para que alguien que no ha parado de ganar dinero pierda una cifra, no es otro que la bulímica ambición. Y estos bancos lo ganaron obscenamente. Y ahora lo están perdiendo hasta las cejas (juaaaass, jaja).
Paradójicamente, después de haber estado chillando los economistas acerca del monstruo exterminador llamado recesión un año y medio, no es hasta ahora que la ola ha llegado a la realidad: euribor, petróleo, materias primas. La desaceleración es tabú para muchos economistas, el mundo debería ir como un mono acelerado todas las décadas, no se puede caer un duro del bolsillo del PIB mundial.
En 18 meses los políticos económicos han tenido tiempo de ajustar los ritmos a la menor velocidad y en breve veremos quien ha acertado más. En los nostálgicos 80, los tipos estaban por el 20 %, y en Japón los pisos bajaron 16 años seguidos. Dos ejemplos extremos de adonde van a parar las cosas a veces.
Así que "las normas de la casa" parecen serlo ocasionalmente de 13 rue del percebe: hay mucha emocionalidad desbordada en la economía, dosis altas de irracionalidad y un elevado ingrediente psicológico. Cuanto más a corto plazo peor.
La crisis depende tanto de la confianza del consumidor que sólo los del Alcoyano ahora gastan. Han conseguido con tanto alboroto que el vaso, igual de lleno, se vea ahora medío vacío.
La magia involuntaria de los analistas económicos.
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1 comentario:
No s� muy bien qu� puedo decir sobre este post, sobre todo teniendo en cuenta que la �nica asignatura de econom�a que tengo en la carrera ya me ha quedado para septiembre, a pesar de estar dise�ada para el �xito de cualquier oligofr�nico (a m� me gusta pensar que es por eso). Pero supongo que las altas dosis de irracionalidad, psicolog�a y emoci�n de las que hablas son inherentes a todas las ciencias sociales. Hasta alguien tan prejuicioso como yo es capaz de admitir que es imposible determinar lo que va a hacer tal o cual persona, y menos si los arrejuntas en masa. Pero hay que guiarse por estereotipos, de qu� manera si no. A veces pienso que hay m�s ciencia en la literatura que en cualquier cosa sociol�gica. Ah, �y qu� opina sobre el Periodismo econ�mico?
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