jueves, 10 de abril de 2014

Nuevayorquismo


Soy un ser de provincias que de tanto en cuando fantasea con Nueva York. Y tampoco es que me muera de ganas sin ir, pero es que tiene que ver con una sensación de haber estado en la obra de arte contemporáneo, más grande del mundo. Estéticamente, Nueva York tiene dos componentes. La mirada barre la vida auténtica de Manhattan hirviendo en el suelo, y a la vez se ve asaltada por cientos de gigantes perpendiculares de ciudad superdotada. Los segundos son reverberación, escenario, exhuberancia del progreso, tumoraciones benignas del asfalto, huellas dactilares de la ciudad esparcidas por toda la vista, torres benditas del 'y tú más' postindustrial, caminamos por una especie de sueño arquitectónico en una vivencia daliniana con su dosis de irrealidad defensiva. En un viaje a Nueva York permanece la brasa del estupor-de-fondo, tras el flasheado inagural, el boquiabiertismo, el bombardeo luminatorio de Times Square, la sensación de conquista en la primera mirada hacia arriba, la felicidad de los primeros sentimientos de pertenencia, etc, etc. Aquello que sólo es visual, paisaje sin verde clásico, pero dador de escalas sin parangón, se complementa a nivel antropoide con la vida de corteza, el rango de veinte metros habitable y compartido de la calle. Esas avenidas que pateamos kilométricas donde vamos cambiando como de países, pues el dowtown es una república diferente al midtown, y si me apuras la calle 34 es un país americano diferente a la 59. Lo más esplendoroso de Nueva York es que es una ciudad habitable, una ciudad que funciona. Más allá de su escenario, mucho más allá de su priaprismo arquitéctonico y financiero. Aunque resulte angustioso, Nueva York ha sobrevivido el cáncer de la especulación en su epicentro. Se ha sobrevivido a sí misma. Caben diez detroits en su atmósfera, pero la gente sigue llegando en botes de ilusión a sus faldas. Y por eso es la capital del mundo, porque para serlo hay que ser también la más fuerte.
¿Y cómo es la vida a ras de suelo por las calles de Manhattan? En próximos capítulos.
Aquí una muestra de un futuro libro, "Ensayo sobre Nueva York", que espero un día poder escribir in situ en una estancia larga y pausada por la gran manzana, valga el topicazo.

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