lunes, 13 de septiembre de 2010

El fetichismo del vino

Aroma a frutos rojos, regusto de cedro y nogal, poso de avena y melocotón... ¿Qué es?
El fetichismo del vino. Los fetichismes del vino.
Una pintura sufre una inflación, una inflamación dineraria, con dimensiones de tumor arbitrario. El capricho es el virus que provoca la hipertrofia. En el mundo del vino realmente no sé qué es lo que hace que 750 ml. de mosto fermentado se propulsen en cohete hasta los mil o tres mil euros. Allí hay una adoración. Un pesebre, un altar, y hasta un credo de fe, señores. Un amago de fanatismo. En su día fueron los tulipanes, ahora el vino está en primera clase de la moda.

Se justificaría si fuésemos una especie animal vinícola, pero paráte che, el gen del vino es vaho. El vino, ademáses, no existe en la infancia, proustianamente es aún más vaho, apuntando a una hipérbole adulta.
¿Y si los amantes de vino van hasta arriba de vino? Y si la adicción superdiluida levanta la carpa de la adoración, el mileurismo por botella, y todo lo demás?
El vino es una droga doméstica, un entajamiento elegante, y tiene su qué de síndrome de estocolmo, ningún adolescente aprueba ese brebaje agrio y tan penosamente afrutado, que ha sido visto como un primo tabú embotellado todos los días en casa, ese mismo vinagre joven al que luego le saldrán aromas a tutifruti en las catas.

El vino es una suerte de pasaporte, un salvoconducto al mundo de los adultos, como en su día fueron las caladas a un piti. El vino, es de esa parte tonta de nosotros los humanos. Una acción del Ibex de la trastienda, que cotiza sobrevalorada, engalanada, y con un destino condenado a la bajada de precios y cierre de bodegas, paralelo a la fiebre de la construcción.
El vino no es más que vino.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

http://elmundovino.elmundo.es/elmundovino/noticia.html?vi_seccion=8&vs_fecha=200508&vs_noticia=1125052547
(si ya se que el mundo no esta ideologicamente donde estas tu pero diselo a los de google )para variar no te equivocas pareces el oraculo en fin

carmen dijo...

Pues fíjate JORDI: Las tonterías de los tres mil euros son pasadas estúpidas de quienes, estoy segura, no tienen ni paladar. Pero acabo de tomar mi copa de vino tinto con la cena, como cada día, y la disfruto con inmenso placer.

Decía mi padre que teníamos la suerte de tener un gran vino a muy buen precio, y tenía razón. Lo comprobé de joven, en Alemania. Pagábamos muchísimo una botella de vino italiano cuando hacíamos alguna cena especial.
El snobismo acaba con todo. Es falta de naturalidad y de, perdón, clase...
CHIN, Chín...

Jordi Santamaria dijo...

Carmen, te confesaré una verdad última mía.
Yo tengo una sólida relación décadas ha, con las bebidas alias refrescos.
Te aseguro, que si se rizase su industria tanto como la del vino, tomaría parte. Fantas reserva, Seven Ups con cientos de matices... me apuntaría a ese barroquismo. Cada cual ilustra aquello que ama.
Con los helados haría idem.
Helado de melocotón de calanda de la cosecha del 93... allí estaría.
:D :D

Jordi Santamaria dijo...

David sé que eres tú...
Gracis (gracias en mallodquín)

Carmen dijo...

Lo de los helados me parece genial. De melocotón de calanda, cosecha del 93...
La imaginación al poder!

Anónimo dijo...

Carmen, si el tema en mi opinion aun es peor .Tiene que venir un danes ( como que alli saben que es una vid ?) a "mezclar" nuestras cosechas
http://www.vinissimus.com/es/bodegas/index.html?id_bodega=ping y si despues no antes lo pueden vender a ese precio en fin

Anónimo dijo...

Y respecto al Seven up y refrescos por lo que me dicen cuando abres la lata se oxida es decir como una fermentacion pero mas violenta o sea que quiza un seven up de dos horas abierto o quiza oxigenarlo seria como una fermentacion de n años