domingo, 23 de marzo de 2008

AirCat

Volando hacia Atlanta, jueves. Fuera de planes. Me vuelvo a casa antes de lo previsto. Una semana enfermo, pasando el día en hoteles, y con el billete de vuelta aún por comprar... blanco y en botella, leche.

En los últimos 5 meses he ido 4 veces a Costa Rica: 15, 60, 10 y 4 días. Desde septiembre no paso más de 4 semanas seguidas en España. La principal razón de ello se está apagando y ennegreciendo, y puede pasar mucho tiempo hasta volver por estos lares.

En Barcelona me espera la necesidad de poner estabilidad. Buscar un piso, sacarme por fin el carnet de conducir, apuntarme al gimnasio y pasar de milímetro a centímetro-sexual, plantar verdes plantas... buscar más pasatiempos que me tengan ocupado, más rutinizado, y pensar menos.
Sobre el trabajo tengo -999,46 quejas, todo marcha sobre ruedas, tanto, que no parece trabajo, ni un horario, cosa que es una suerte, y a veces una putada también. El trabajo, como tal, ha de joder más. Por definición.

Cambiemos de tema. Para el que viaja, si vive en Barcelona, es una putada ser de allí, porque todos los vuelos directos van a Madrid, ciudad igual o menos relevante que Barcelona. A la larga esto es una pérdida de tiempo, alegría y dinero brutal para los catalanes. La injusticia es obvia. Gracias.
Esperemos que la hiper mediocre Iberia sea engullida de una vez por otro ente internacional que le haga cambiar su cultura, anti-catalana. O que la Generalitat se los gaste en una AirCat que garantice conexiones entre Catalunya y las principales capitales del mundo. Los vuelos directos que hay ahora son "apuestas" de aerolíneas extranjeras con Barcelona. Ya sabemos del palo que va Iberia, que te jodan. Ante similar trayecto y precio, sudar de Iberia.

Pues lo dicho, en Costa Rica visité mi habitación y mi baño, y ahora vuelo de allí a Barcelona con escala en Atlanta. La última semana en Bahamas no será, al menos en este viaje. Y supongo que celebraré la Semana Santa en Calafell, con sobrinos y familia.

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