Os habrá pasado en alguna ocasión que estéis mal, alicaídos o desanimados, con algun problema de magnitud, y tengáis a vuestra vera una persona que ayuda cero.
Hoy quiero hablar de este tipo de insensibilidad; de los tópicos, de las palabras estériles.
Estás jodido, aún impactado, muy lejos aún de que el olvido pueda actuar, y tienes al lado una persona que sólo suelta topicazos. Dar patadas a una rodilla vendada es cruel, decir tópicos a una persona herida no es indecoroso. Los tópicos están para ser muletillas, para conversaciones de ascensor, para entablar con desconocidos, pero no para decir algo cuando no se sabe ayudar a alguien que lo necesita.
Es una de esas maldades del mundo elegantes. Lo puedes decir y nadie te va a censurar, se dice a solas y la persona jodida se calla el 80 % de las veces, porque pocas energías quedan para remontar el estupor.
No se va a tener ningún remordimiento de conciencia. A menos que hayan lágrimas.
Las lágrimas valen más que siete rodillas vendadas. Soltar tópicazos con lágrimas ya es cruel, ya sí provoca remordimientos de conciencia.
Viviríamos en un mundo diferente si el topicazo fuera inmoral o si las lágrimas estuviesen prohibidas más de una vez al mes?
Por qué llamamos a los tímidos, tímidos, y no les llamamos inhibidos. Es el decoro lo que nos diferencia de los animales?
Probablemente no se vuelvan a repetir ningunas canciones como las del Último de la Fila. Son menos reproducibles incluso que las de Ricardo Arjona, por ser menos románticas. No me refiero a la calidad sino a la singularidad. "y mi débil engranaje, golpetea azorado, en completa convulsión-la yesca de tu sola presencia-la rebelión de los hombres rana-mi novia se llamaba Ramón".
domingo, 24 de febrero de 2008
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1 comentario:
Demasiado tiempo hemos estado castigados tus asiduos lectores. Ya era hora de una nueva entrada. Aunque esta coincida con un momento difícil.
Todo el apoyo para el escritor.
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