Como en todo relato y/o película de héroes, hay siempre una secuela, una segunda parte. "Segundas partes no fueron buenas" es algo inaplicable a los héroes, a los que todo les sabe a poco. Todo les sabe a poco, y objetivamente son personas sobrenaturales.
Como espectador, un héroe maravilla, y como toda maravilla, estimula las ganas de vivir y superarse de los demás mortales. Esa fuerza sobrenatural produce felicidad, provoca sentir que todo encaja y que tiene un sentido en el cosmos, porque nos han mostrado un nuevo continente más alto, más bueno, más perfecto, más fuerte.
Los tobillos en la última carrera de Jorge Lorenzo, las arrugas en la cara de Ortega Lara, los ojos de William Wallace, la libido sepultada de Sören Kierkegaard... son ejemplos de algo superior que emana admiración pura. Y todos, tú, yo, y el vecino del quinto, tenemos un héroe dentro, que a veces se despereza y se pone manos a la gesta. Alguna hazaña de verdad hemos firmado en algún escenario de la vida. Adoro a los héroes, pero no quiero que mis allegados lo sean por mucho tiempo ya que...
el héroe limpio no sé si existe. El que sabe retirarse a tiempo, el que sabe frenar, el que no se desenfrena en medio de la batalla. - Hasta Michael Jordan se retiró en falso en lo más alto -
Hay también muchos Ayrton Senna, mucho barrilete cósmico Diego Armando Maradona, mucho kamikaze y mártir, muchas depresiones, muchas caídas al vacío, al olvido, o al destierro.
Uno no puede ser héroe toda la vida, ni existe el trabajo de héroe, sólo en los comics Batman y Robin salen a pasear, y en la canción Súperyonkies.
Los héroes son necesarios-vitales-imprescindibles e insustituibles. El mundo sin héroes sería un mundo sin magia. La historia un relato bostezante. Los humanos seríamos una especie sin carisma y sin fuerza. Y mi vida sin un héroe en concreto, quizás un cubo inmenso de vacío.
jueves, 8 de mayo de 2008
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1 comentario:
y sigo...
"A veces lo que sueño creo que no es verdad, y lo que me pasa parece
que lo he soñado antes... Además, lo que ha pasado no está escrito en ninguna parte y al fin se olvida. En cambio, lo que está escrito es como si hubiera pasado siempre"
(Celia en el Colegio_ Elena Fortún)
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