Por la tele el bichejo ese basurero, Wally, desangelado y lejano. Como la sensación de ataúd de todo avión prolongado en horas, un interior relleno pero embalsamado en sueño y letargo. Una nave nodriza, que transporta individuos en estado de hibernación.
En la nave nodriza la única inspiración que se halla es acordarse de la serie V, del capitán Spock, de como suenan el interior de las neveras. Hasta uno enfría y mitiga su odio a Iberia, que lo dejó en tierra 19 horas sin haber hecho maldad o delito alguno, sólo el detalle de haberles contratado a ellos.
Pero es la última oportunidad en este entorno nodrizo para mirar atrás aún en los lindes del viaje. Acaecerá ya en sucesión: Europa, Barcelona, la nueva casa y el diciembre por el Eixample, más navidades y turrón.
Por el arte de magia de los aviones, me esfumo de Centroamérica y aparezco en unas horitas en Europa. Se corta la visión, de la vegetación verde de Costa Rica, se para la sensación del ver lo húmedo en todo; remite el hablar un dialecto que empiezo a dominar agarrando carros y tomando frescos; disminuye el sentimiento de provisionalidad y de aventura diluido que hay en esta civilización, y me dirijo a la eficiente, previsible, lenta y especuladora Europa.
Se para también mi relación con Orlendy, Oriana y Bernal, mis tres ticos, y lo más cercano que tengo a una familia propia. Seguramente ellos y yo estaríamos de acuerdo en seguir siendo una familia si no hubiera 8000 mil kilómetros de por medio. Y no es poco. Ambas partes nos hemos dado las gracias por el tiempo compartido estos días.
Y en el futuro habrá más.
Me quedo con todo lo visto y requetefotografiado, con el equilibrio de ocio, trabajo y amistades en que ha transcurrido el tiempo. Un viaje como debe ser, siguiendo la vida en tierras exóticas, enriqueciéndose, sin soledad, y con escasos malos momentos, que esos ya los monopoliza Iberia por acto natural. Un buen viaje del viajero empedernido, que amenaza con hacerlo mes sí mes no, trillando la soledad y extendiendo una escritura mimada de viajero.
A venir, el archiviaje pendiente a Cuba, reporteril y único, que está en la recámara. El viaje a Brasil a visitar a un amigo que allí trabaja, también le quedan dos telediarios. Un road trip de Florida a New Orleans con Corle también medio preparado. Y seguir la brecha abierta en Centroamérica acabando el puzzle vivencial en los países del istmo. Así que el 2009 quizás nos trae estos 4 viajes transoceánicos, con un ánimo bastante claro de seguir vivenciando en América.
En mi cabeza vivenciar América tiene como escudo un pedazo de ruina colonial húmedo, con su color marmóreo y negro característico, erosionado por el batir de las olas del Mar Caribe, y con el olor a coco, salitre y palmera de la playa donde yace.
Ese es mi escudo mental que me anima a seguir viajando a América. Al corazón de una tierra más virgen y espectacular, edificada de 1500 a 1800 por la españa colonial. Seguir sumergiéndome en esta naturaleza y en esa historia, reciente y definitiva, que marca las paredes de todo lo iberoamericano. La España colonial, la olvidada y sumida españa colonial.
miércoles, 3 de diciembre de 2008
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2 comentarios:
Gran post. Uno de mis viajes pendientes que ya tiene casi carácter de urgencia es visitar la vieja Cuba. Sería grato hacerlo en común empresa, allá por el verano o primavera.
Cordiales,
Pues sería muy grato sí. Quiero llegar a perderme en Cuba mezclado con la gente, sin rumbo ni guía. No tiene por qué ser en este viaje, porque es un destino único en cuanto a Sociología se trata, y espero bucearlo en repetidas ocasiones. Sólo he estado en la Habana, exiliado en Varadero, y una pequeña escapada para ver los mogotes del valle de Viñales.
Puede ser un viajón A tener en cuenta que la temporada de lluvias o húmeda es de mitad de mayo a noviembre.
En próximo encuentro le pasaré obra del ya anunciado por mí, Pedro Juan Gutiérrez, gran conserge de la isla.
Asucar
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