lunes, 28 de abril de 2008

Esta metamorfosis sin vuelta atrás

Tú II. Barcelona. Siete días después.
De toda la vida, lo difícil no ha sido llegar, sino mantenerse.

Y ahora que se ha ido...
Jordi, ¿es todo menos indescriptible; hay los mismos olores; el tren genial sigue en su raíl...?

Pues bien... ahora no me importaría morir quemado en este fuego.

Porque hay llamas pequeñas y tranquilas, de mechero, suficientes para alumbrar la mayoría de los casos.
Pero esto se parece más a un incendio. Un fuego inteligente que quema todo lo accesorio, como una bonita falla, y encima lo convierte en energía.
Un fuego artístico que hace brillar lo mejor de las dos almas combustibles, en su cotidiana atmósfera inflamable.

Me tranquiliza saber que no se ha prendido una simple llama en el mundo del producto más perecedero.
Me alegra notar que por primera vez se incendia, gracias a esta pirómana de mi alma. Que cuando cierro los ojos parezco estar en una pira y disolverme en ese estado.

Con este natural incendio en mi cabeza, naturales y autómaticas serán también acciones denominadas en el mundo de los no quemados como: locuras. Siempre con clase y con una tonelada o un milígramo de cordura. Desde ahora no tengo domicilio y mi jefe-un servidor- puede despedirme. Jaja, sé serio. Sed serios.
Me basta con alojarme y pasear por ese incendio.

Si el fuego ha de prender, que prenda bien. Para las llamas ya están los mecheros. Si ha de quedar igualmente una llama, que se quede sola mucho más adelante.
Si alguna vez le da por apagarse, 1- que nos quiten lo bailao a lo admirable, 2- el crusaíto, no, 2- que alguien venga y reconstruya esta metamorfosis sin vuelta atrás.

viernes, 25 de abril de 2008

El pensamiento negativo

Risto Mejide, Risto Tejode. Un personaje conjugable, a la par del verbo odiar o a la impar del calificativo persona admirable, un Jekyll y Hide con sólo Hide para muchos, un "generador de", para nada un objeto a mirar, ante todo un sujeto a provocar algo... intenso, punzante, profundo.

En el libro de Risto Mejide hay cien veces más creatividad que en cualquiera de sus compañeros libros que duermen en la tienda cada noche. Espadachín del lenguaje con katana, juega con él regateándole con virtuosismo brasileño, pero no de una forma preciosista y estéril, sino buscando la eficacia y yendo a tocar raíces sociales, huecos de la psique, agujeros negros humanos.
Así pues, buen estilo y ambición por hablar de algo que tenga que ver con la verdad.

El Risto televisivo comparado con su libro es un Risto de pesebre. Una figura de pesebre especial en la maqueta de OT, pero limitada a camaleonizarse en medio de ese entorno. En un libro o en un hartículo, se parte de páginas en blanco virgen.
Aparte parece que el Risto carne-hueso es más hijo puta que el escrito, apuesta o tiende a joder más de la cuenta.
El Risto-páginas toca repetidamente el tema del amor y el enamoramiento, para sorpresa de incrédulos. Hasta utiliza el libro para hacer llegar algun mensaje a una persona querida, en un pequeño-gran homenaje, un acto hiper-romántico teñido de asco al amor con el realismo de su lenguaje desengañado, faz y envés, complejidad.

Basta leer el libro para darse cuenta de que es un tipo con un talento extraordinario. Figurante en platós de dudosa literatura, no por ello desmerece reconocer la calidad de su escritura, y la potente sugestión de sus precipitados imaginativos.
Me imagino que se cansará del vertedero en su cabeza en que se está convirtiendo la ristonomía mediática y social. Y pudiendo, se dedicará a tareas menos populares pero mucho más selectas y artísticas.

Gracias por el libro, y que te den. : D

lunes, 21 de abril de 2008


Hoja en blanco. Mente en puro negro. De tinta hasta imprimir una isla entera.
Desorden armonioso, caos bien vestido. Tú.
"El yin, el yan, y el yun" es la historia de un pez que se muerde la cola.
El universo es sólo plastilina de 2 colores mezclada.
Desde que el mundo es mundo, las uniones mediocres empezaron cuando se inventó el encaje.
La vida no es un puzzle, en Alemania quizás.
En la vida donde no hay pegamento, no lo inventes, o sea no pienses, no hagas del amor un empaste rodeado de una cutre cuerda, disfrazado de romanticismo; y menos creas que tiene algun mérito.
El hierro, pasea un domingo junto al imán, y desaparece su independencia; el pez juega con el anzuelo y... qué bonita perforación de su mundo; el perro se une al amo y cubre cientos de kilómetros de abandono. Así.
Tú no eliges, tú o algo que también eres tú, se somete, eres atrapado captado raptado sin poder hacer nada, sólo disfrutar, sonreír, maravillarte.
Te subes a un avión como quien va a una biblioteca, y te asalta una inocente revolución de repente, tan inocente como descubrir un continente, tan trascendente como un nuevo mundo, tan inesperada e involuntaria como el café de las seis.
La vida son raíles y ya hay destinos. No quieras destinarte tú, no vas a llegar a ningún sitio, acata tu raíl y disfruta como un niño del viaje.
¿Hay algo más bonito en el mundo que toparte con tu otra media verdad? ¿Hay algo más inmortal en el mundo que la verdad sea cosa, materia... y hasta f...ollable? :-O .Follarte a la verdad, debe ser eso?
No te rías :), sé seria:). Sed serios.
La verdad, la esencia, lo más verdadero versus. el sexo, la verdad -al menos de los hombres, y con orgullo- más rápida, más cotidiana, más compartida.
El pez que se muerde la cola. El homo sapiens, el animal humano. Obispos y actores porno, blabla
Lo que vengo a decir mayormente es que me he enamorado sin quererlo.
Y es maravilloso, y casual.
Y ella huele a media verdad. Y hasta da miedo.
Y es imposible describirla.

domingo, 6 de abril de 2008

Filosofía a posteriori y verdad centrípeta

Hoy intentaremos reflexionar sobre algo complicado. Se trata de un envoltorio social, un imaginario colectivo, no concretado, diseñado ni estructurado. En cada tiempo, en cada década, se acaba forjando una filosofía, incidental, que es a posteriori: primero suceden las cosas, el mundo se expresa de una manera, y luego uno puede "leer" qué filosofía han reflejado los hechos. Se trata de leer la sociedad y ver qué verdad sucede, más que deducirla abstractamente de unos principios más teóricos. La verdad de los 80 poco tiene que ver con la actual, o la de los años 20.

El cine mismo, los contenidos de la televisión, los temas de los libros, la educación del momento, el tipo de lenguaje, los hábitos del vestir, las maneras de ligar, la publicidad, los tabúes, los tópicos al uso, todo evoluciona con el pasar de los años y expresa una verdad u otra sin pedirle permiso a ninguna teoría vigente. Son contenidos espontáneos y concretos que juntos van formando una masa más grande de verdad, suelen estar en la misma ola, y ninguno es responsable de una teoría pero sí lo son en su conjunto. Así es como la "verdad" crece espontánea en los campos de la sociedad, y es la real, la de carne, hierro, goma o papel, la fáctica.

Concretando más con un ejemplo, la presencia de un Dios en nuestra sociedad actual se ha diluído, difuminado en silencio. Nadie sabría muy bien decir cómo, solamente que pasamos de una sociedad más religiosa a una mucho más laica, y lo más curioso de todo es que ha sido sin titulares, sin noticias, sin haber ni siquiera un debate o una conciencia pública del hecho. Y éste se dejaba llevar ha crecido paulatinamente día a día con todos estos productos humanos , un día una película, otro día otro lenguaje, una televisión diferente, unos tonos nuevos... de forma espontánea, con mini-teorías cotidianas que han flotado más que otras por tendencia natural, por su mayor fuerza, se han sedimentado en la sociedad por mayor afinidad con el momento.
Esta verdad, mucho más moldeable que la teórica, cambia e igual que unos ropajes va al armario de la historia y aparecen nuevos tonos, nuevas temáticas, nuevas mini-verdades.

La verdad de los 80, que yo recuerde, era una verdad más ingenua, inocente, con menos estilo, más tímida, menos frenética, y muchos adjetivos más. A partir de los dos miles, la verdad social es todavía más libre, más polifacética, estilosa, pero muy difuminada en muchos polos. Quizás es una verdad "sense pal de paller", centrífuga y no centrípeta, sin un fundamento o imán por el centro del imaginario colectivo, si no muchos imanes o mini-fundamentos difuminados.
Quizás es más difícil orientarse así. Quizás incluso se puede caer en el olvido que existe un fundamento. Estamos acostumbrados a los rótulos para esas cosas, que permiten encontrar el camino del sentido más fácilmente. Hoy en día a cada nuevo sol, la verdad puede cambiar. No creo que haya muchos hombres que sepan dónde están las Cosas. Se necesitan mayor rotulación de los fundamentos, el hombre aún no ha mutado para ello. : )

viernes, 4 de abril de 2008

Corazón de trader

Hay traders que se hacen tatuajes, y ha habido muchos guerreros en muchas culturas con ellos en su piel. Un trader, se tiene que tatuar muchas cosas en la mente. Cada nuevo día al dejar la casa hacia el trabajo, hay un Reto esperando en la oficina, cada día. Todo un día a levantar desde cero, una tarde en blanco que no se sabe como acabará ni qué pondrá en el marcador allá por las 10 de la noche. Una tarde a construir.

Como un tenista en competición, cada día se tiene que jugar un partido. A veces de 2 sets, a veces a cara de perro a 5 sets, paseos o guerras. Unas veces encadenas rachas de espéctaculo de varias semanas, otros días sales vapuleado porque el rival, el mercado, te pasa por encima y ni tus mejores restos pueden con él, casi humillado. Es un trabajo, pero es un reto diario y una cita con el espéctaculo o la amarga derrota cada tarde.

Pero uno no puede ni ganar siempre ni jugar a alto nivel todos los días o todas las horas. Detrás nuestro no hay ningún entrenador, ha de estar dentro nuestro, tatuado. Que nos recuerde dosificarnos, descansar, para, bajar la marcha, que nos eche del sitio cuando estamos tirando el partido, regalando cheques, quemando dólares, por descontrol emocional. Cuanto uno más se parece a un robot llamado Federer o una máquina llamada Indurain, sus resultados más cantan por sí soletes. Jugar igual con 0-5, 0-40, 2 sets abajo, con 8 errores del árbitro, y sobre todo, habiendo perdido en minutos todo lo ganado en horas, es el secreto para ser un super trader y no un trader cualquiera.

Esta semana está siendo un campo de batalla. Las últimas igualmente fueron peleonas. El sol acabará saliendo tras la trinchera. Y cada mañana me reseteo y voy a jugar el partido sin pensar en el combate de ayer, y con las mismas ganas de jugar al máximo el partido. Mi corazón es más fuerte, más fibra, más madurado. No afectan las derrotas, no desgastan las peleas, no se cometen errores. Corazón de trader.