12:21 h aquí, cinco y media para coger el avión. Ayer estaba mucho más lejos de ese avión, muy débil y convaleciente. Pasé buena noche, dormí 8-9 horas, y empecé a tomar los opiáceos que me recetaron. Ayer tiré de Voltarén porque le tengo mucho aprecio tras los dos cólicos que he pasado, así que tiré por la opción europea segura. Hoy como prueba matinal, veo que los opiáceos funcionan, y lo complemento con algún voltarén. Ayer tenía fiebre y hoy ya no. Así parece factible pasar un vuelo más escala suficiente como para llegar a casa. Hay que mear esa piedrecita de 3 mm. Espero que coreéis un alud de Jordi meaaaa, meaaa Jordii, con pompones y pancartas.
Por suerte no me vine abajo al ver lo que se me venía encima. Sin el apoyo emocional de mí mismo hubiese sido una de las peores experiencias de mi vida, si no ha sido ya así una de ellas. Cuando confirmas que esa primera hinchazón de barriga y especie de punzada hepática, viene seguida por los síntomas del fatídico cólico, se te viene el mundo encima, te proteges e intentas sobrevivir a ello como se pueda. Es una experiencia límite, con la muerte coreando amagos aquí y allá. Obviamente no te mueres, pero se puede morir durmiendo plácidamente sin enterarte de otras cosas. El sufrimiento como tortura y posterior muerte, en el cólico uno recibe un trailer de ello más que largo.
Sabes que el sufrimiento termina en el voltarén intravenoso, pero ah amigo. Hasta llegar a él hay todo un camino tortuoso. Estás en pijama a 10 mil kilómetros de tu casa, y has de llegar a un box de urgencias de un hospital a las 4 am de la mañana. Eso es tiempo, burocracia y más dolor. Es como tener un ataque al corazón controlado pero que se suspende 30 o 45 minutos, y si no dan con la medicina, 2 o 3 horas. Te desesperas como nunca jamás.
Los traumas no tienen memoria, el dolor físico se olvida, la intensidad de sufrirlo y la intensidad de no sentirlo es como el día y la noche. Cuando pasa, ya no existe. Es como si tienes accidente con el coche siniestro total, pero al cabo de una hora tú te deshieres y el coche se desabolla. Algo muy imposible. Así que queda en la santa cabeza de uno cuidarse y hacer prevención. ¿Cuánto pagaría por no tener un cólico nefrítico? La gente que lo ha pasado seguro que no le importaría hipotecarse de 5 mil a 10 mil euros mínimo por no pasarlo, y los precios podrían rebasar los 30mil euros sin problemas. Así que quiero ver agua por doquier en mi casa y en mi trabajo, especialmente en verano, correr como Forrest para desoxidar, y no comer la mierda que nos venden. Más hacerse las debidas revisiones. Tendría yo mismo que tener un día del cólico, este 19 de marzo, día del padre, no, día del cólico, y aquel 1 de noviembre pasado, no día de todos los santos, sino día de todos los cólicos. Y el día después del equinoccio de verano, 25 de junio, también fecha oficial de prevención del cólico.
El viaje a pesar de todo ha estado bien, se le tiene cariño a lo sufrido, y aquí se ha defendido mucho, y si acaba bien, se ha acabado ganando. Se ha descubierto una señora ciudad, una ciudad puntera, y una de las más destacables del mundo en las que he estado. Así que esperamos volver pronto. Ha sido una primera actividad exploratoria, con sus notas duras, pero aquí quedan un montón de fotos, posts, nuevas calles y restaurantes, más brega para ser recordada, y un orgullo inevitable de haber superado una tortura moderna a solas y sin lamentos.
sábado, 20 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Joderrr que grande eres...
mil besos
Espero que no se te repita , desde luego que dominio de ti mismo a mi me pasa lo mismo en un pais extranjero y bueno yo creo que no daria tenido tanto autocontrol y dominio ,y sangre fria me hubiese puesto a llorar y lamentarme .
Publicar un comentario