Which is a common human activity rate?
Cuál es la ratio de actividad razonable del humano común? Cuántas revoluciones son las ideales para un alma saludable? Cuando somos enanos muchas veces somos alistados en enésimas actividades extraescolares, colonias de verano y torneos de invierno. Hay un mercado inacabable de cursos para enanos, en buena parte motivado por la necesidad de alojar a los vástagos allén de las horas laborales de los padres. Pero esa oferta saciante fenece paulatinamente y se finiquita al llegar el marcador a la cifra 20.
Puede ser que hayamos sido criados con un ratio de actividad excesivo, o tal vez la segunda edad esté mal planteada en términos de agenda. El ritmo de pequeños puede ser frenético, pero no hay tiempos muertos para aburrirse, para amargarse, y ya le viene bien ser tan pautados en una era en que la autonomía propia está verde limón.
Luego podemos elegir a nuestro antojo a qué dedicar nuestro ocio, pero si hiciéramos una encuesta poblacional extensa nos podrían sorprender las insatisfechas conclusiones. Llenar una agenda fuera de las horas laborales en este mundo hipersofisticado no es tan sencillo.
Y creo que el ser humano es feliz cuando tiene ratios de actividad elevados. Que la propia palabra realizarse, un hacer mediato, ya desprende esa necesidad de elaboración y performación continua. Que antes los grandes males inevitables del buffet de la vida, el estrés parece algo menos malo que otros más inoperantes como depresiones, ansiedades o males físicos.
Ya de por sí, nuestro cerebro parece tener vías distintas para el inicio de una conducta que para su mantenimiento, y muchas veces lo imprescindible es encender un fuego, porque lo otro, los mañanas, y los posibles futuros, suelen llegar solos sin más.
jueves, 7 de enero de 2010
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1 comentario:
Segundo post del año, buen ritmo.
No tengo más que darte la razón, aunque nunca estamos felices del todo, a veces deseo no tener tanta actividad y poder frenar, pero te doy la razón que mejor el estrés que la inactividad, en estado de inactividad la cabeza decide llenar ese tiempo y esa sí que da miedo con mucho tiempo libre.
Por otra parte, siempre pienso en como ese tiempo vacío que me genera ansiedad, deja de ser tiempo vacío con alguien al lado para cogerle la mano, aunque no se hable, aunque no se haga absolutamente nada, en compañía ese tiempo se llena por defecto y eso me demuestra lo imperfectos que somos, lo poco que sabemos estar en soledad y lo que ese estado puede llegar a hacernos daño.
un beso
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