Salir del armario II.
Protagonizada por una nueva especie reconocida, el single.
Un chico (hombre?) en los 40,
salón-comedor de la casa familiar donde vivió hasta los 33.
La madre trae torrijas de postre,
y el chico se levanta y confiesa:
- Papá, mamá, soy Single.
Llega un momento de la vida, cuando un individuo mira para atrás y ve: el reguero de las relaciones podadas; mira a los lados y nota: la pizza en el sofá una botella de cerveza del martes y la tele en su décima hora encendida; y mira hacia adelante: para ver la pereza de la vida en pareja, su incomodidad, y que rasca como su ropa mal lavada...
Se da cuenta que su estado natural es la soltería, que no es otra cosa que estar suelto. De hecho, debería existir la palabra des-soltero. Existe desemparejarse, como si el centro de gravedad estuviese en el destino-pareja, y alejarse fuera ir a la periferia.
Pues sí, la soltería como hábito profesional, todavía es un modo de vida periférico.
Pero que va ganando terreno.
Cada vez hay más clubs de singles, porque claro, el single solo se seca.
Sólo en la historia de los singles hay pocos grandes casos de triunfadores felices y héroes para el resto de la humanidad. El single a veces es una ratilla pobre y titubeante que tirita en la intemperie y el frío. Pero háylos que nacieron con modificaciones adaptativas como las ardillas voladoras, y se adaptan a ese medio árido y de atmósfera peculiar que es la soledad.
La soledad para la mayoría de los mortales es una trampa del destino. Como en el ártico, ellos de la ausencia hacen virtud y viven en ese medio extremo.
Gente que claro, vive a sus anchas, con espacio, hiper espacio.
(A no ser que alguien les hubiera hecho una soldadura en ese lugar del cerebro donde enchega el agobio).
[[Gente por otro flanco, que particulariza una rebelión al viento genético de importante magnitud. (Observen, que la evolución a secas no existe, pero sí la deriva genética// ¿que nos quieren hacer creer que el ser humano es un pico y no un valle de la evolución, jeeeee je? (seguro que vosotros al leerlo os ha pinchado un poquitín el orgullo de homo sapiens sapiens que tenéis...)]]
Y en fin, me voy a tomar un café que no quiero perder er tiempo escribiendo.
Protagonizada por una nueva especie reconocida, el single.
Un chico (hombre?) en los 40,
salón-comedor de la casa familiar donde vivió hasta los 33.
La madre trae torrijas de postre,
y el chico se levanta y confiesa:
- Papá, mamá, soy Single.
Llega un momento de la vida, cuando un individuo mira para atrás y ve: el reguero de las relaciones podadas; mira a los lados y nota: la pizza en el sofá una botella de cerveza del martes y la tele en su décima hora encendida; y mira hacia adelante: para ver la pereza de la vida en pareja, su incomodidad, y que rasca como su ropa mal lavada...
Se da cuenta que su estado natural es la soltería, que no es otra cosa que estar suelto. De hecho, debería existir la palabra des-soltero. Existe desemparejarse, como si el centro de gravedad estuviese en el destino-pareja, y alejarse fuera ir a la periferia.
Pues sí, la soltería como hábito profesional, todavía es un modo de vida periférico.
Pero que va ganando terreno.
Cada vez hay más clubs de singles, porque claro, el single solo se seca.
Sólo en la historia de los singles hay pocos grandes casos de triunfadores felices y héroes para el resto de la humanidad. El single a veces es una ratilla pobre y titubeante que tirita en la intemperie y el frío. Pero háylos que nacieron con modificaciones adaptativas como las ardillas voladoras, y se adaptan a ese medio árido y de atmósfera peculiar que es la soledad.
La soledad para la mayoría de los mortales es una trampa del destino. Como en el ártico, ellos de la ausencia hacen virtud y viven en ese medio extremo.
Gente que claro, vive a sus anchas, con espacio, hiper espacio.
(A no ser que alguien les hubiera hecho una soldadura en ese lugar del cerebro donde enchega el agobio).
[[Gente por otro flanco, que particulariza una rebelión al viento genético de importante magnitud. (Observen, que la evolución a secas no existe, pero sí la deriva genética// ¿que nos quieren hacer creer que el ser humano es un pico y no un valle de la evolución, jeeeee je? (seguro que vosotros al leerlo os ha pinchado un poquitín el orgullo de homo sapiens sapiens que tenéis...)]]
Y en fin, me voy a tomar un café que no quiero perder er tiempo escribiendo.
1 comentario:
Jordi, esa soledad del "single" no es la soledad verdadera, es desvinculación pura y dura. Y esa desvinculación tiene en ellos mismos el fundamento.
Pero creo que hemos nacido para perdernos en el otro, para ser valle y no pico, para asomarnos a la poesía del abismo, para hacer excursiones hacia la verdad, sin saber muy bien qué es nada...
Huy, qué lío.
Aquí solita escribo
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