"Todo acto de percepción contiene su parte de creación, y todo acto de memoria posee su parte imaginativa". Dicha frase aparece en un libro de Oliver Sacks. Percibir es en parte crear, y recordar es en parte imaginarse.
Viene a decir que al acto sensorial de percibir, siempre le acompaña un acto de clasificación, archivo, y puesta en contexto. Percibir es filtrar y cada cual tiene unas estanterías donde amolda las percepciones. Sólo son décimas de segundos post-aferencia, pero suficientes para desplazar lo sentido hacia una dirección o otra. Percepción y pensamiento no tienen lindes, uno sucede a milímetros del otro sin solución de continuidad, así que son facultades miscibles.
Aparte, la percepción humana no es ni mucho menos absoluta. Sabemos que de todo el espectro posible, nuestros órganos son escáneres que captan un contenido concreto de la realidad, troquelado y adaptado a nuestras necesidades de especie.
La memoria por su lado no tiene por qué ser una facultad fiel. Es una capacidad de procesamiento limitada, y cuando no llega a recuperar todo lo percibido, tira de relleno, y lo hace a partir de otros materiales guardados. Aparte, tiene un canal de interferencia emocional que puede distorsionar lo almacenado.
Escáner y archivo, percepción y memoria, en una criatura que corre, canta y cocina. El nuevo regalo de reyes.
En el fondo el cerebro es una maraña cognoscitiva y ejecutora, una red de capacidades interconectada, que permite recuperar facultades a partir de capacidades vecinas no dañadas.
El cerebro es plástico, bendito invento.
jueves, 13 de mayo de 2010
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