Sin duda, la noticia deportiva de estos días gira en torno a Wilfredo León. Actualidad que tiene poco de circo y mucho de excelencia deportiva. Él es un enano, un niño de 15 años, que ya juega con la selección absoluta cubana y además lo hace de forma destacada, siendo entre otras cosas, el mejor sacador de la Liga Mundial.
Tiene 9 años menos que CR9- el producto-, y probablemente siendo aún menor de edad ya se convierta en el mejor jugador mundial de su deporte. En cuanto excelencia deportiva puede ser un Maradon... stop, hasta el bagaje del lenguaje está viciado de comparaciones arbitrarias.
Decía, que como Michael Phelps, la excelencia deportiva de Wilfredo llegará a cotas que CR9- la máquina dispensadora de camisetas- nunca podrá alcanzar y se quedará en una franja de destacados segundones detrás de Amstronges, Jordans, Tigers y Leones.
Lo de ayer y el florentinismo recuerda mucho al circo y a la publicidad de las inmobiliarias [...] En Estados Unidos el soccer no entra ni con calzador [...] Aquí lo de panem et circenses rezuma verdad. Wilfredo, nadadores y gimnastas entrenan cinco veces más al día que Ronnie, Messi y compañía. Cierto es que soportan mucha más presión, y poco tienen de amateurs. Pero la lluvia de millones compensa esa desventaja con los albañiles del deporte.
Al fin y al cabo el deporte puede ser un bello espéctaculo, una efímera obra de arte forjada artesanamente en cada entreno y puesta a prueba el día de su ejecución, en un continuo florecer de talento en medio de la déspota exigencia del marcador.
La mayoría de veces para la masa, para aquel mileurista pseudodemente o autoesclavo, que alaba al icono billonario chutabalones, juguete del constructor hispano de turno, y así vive la mentira de su vida, a base de chutarse fútbol e hipoteca en vena... el deporte no es más que eso, un atrincherarse bajo unos colores y sentirse parte de algo grande (circo) por una vez en la vida, un irracional fanatismo que no entiende de excelencia, ni de justicia; una vía de escape a una vida más que mediocre, con algo que combine con el alcohol y las bravuconadas; un borreguismo de rebaño y mundos deportivos, una moda sociológica como antes la religión y las catedrales; un bombo mediático como el de ayer de payasos con el jefe de pista... una forma subnormal en fin, de dilapidar dinero unos y otros, sin que el ministerio de medio ambiente, el que debe intervenir, implemente medidas ecológicas para salvar el planeta azul.
3 comentarios:
Un verdadero arrealista sabe que se rompe la magia del fútbol con las artes florentínicas. Con ese 2+2=4 no hay magia posible, solo una aritmética del éxito que no deja espacio para todo lo demás, lo que no se puede comprar ni planificar. Por eso este Real Madrid es una farsa, y seguirlo, creer en él, algo ridículo y tristón.
*Aunque te guste Pellegrini.
Cuando tu mayor activo es un fanfarrón, mal vamos.
Ayer me gustó leer que "la vida está corrupta", la vida, el periodismo y todo lo que gira en torno a todas estas gilipolleces, y sino que le pregunten a la Bermúdez, a la que le llevan persiguiendo toda la semana para que opine sobre la llegada del payaso Ronaldo a Madrid, bastante tiene ella con su ex-marido/drogadicto/representado, Pena me da que los mismos periodistas den más importancia al personaje que al jugador, de esta manera, quien le va a tener respeto como futbolísta?...ni ellos mismos.
Mejor se dedique a enseñarnos el torso en las playas de Ibiza y se deje de regates, es lo que espera la mayoría.
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